Por Ricardo Frascara
Faltan sólo dos semanas para el inicio del Mundial Rusia 2018 y el cronista sigue lamentando la ausencia de Icardi. Será una opinión que hasta comparte con el inefable Caruso Lombardi, pero su deseo de goles y delanteros que acompañen el juego es genuino y aquí lo cuenta.
MAURO ICARDI. “29 goles en 34 partidos” (twitter) “Orgullo Argentino. Goleador de la serie A!! 100 goles en el Ínter!! Capitán del equipo que después de 6 años vuelve a jugar la Champions!!! Te amamos” (Instagram). (Wanda Nara)
Con estas palabras, la mujer del centro delantero santafesino, estrella rutilante de Internazionale de Milán, mostró su asombro al enterarse de lo ya sospechado: su marido no lucirá la celeste y blanca en Rusia. Jorge Sampaoli lo dejó afuera de su lista final. En realidad, este desatino del irresoluto DT de la selección estaba cantado. Como sostuvo el histriónico técnico Caruso Lombardi, Icardi “fue una pantalla”. “Lo pusieron 20 minutos para que la gente no hinchara”, expresó con su natural gesto sobrador, lo que yo comparto: Nunca se pensó en él como parte del equipo. Aunque no lo dijera directamente, Sampa no lo tuvo en cuenta. “Juegan los que participan de nuestra idea”, comentó. ¿Y cuál es esa idea?: “Defender con la pelota y atacar mucho”, proclamó. ¿Atacar mucho? ¿Con qué, con cuántos? También lo destacó Caruso Lombardi: “Si se despierta descompuesto Higuaín, no hay ningún otro 9”.
¿Cómo puede la Argentina presentar una selección de 23 hombres que recurren a un delantero de punta solamente? Con los hechos, Sampa borra sus palabras. Con los ojos cerrados yo hubiera bajado un volante (Biglia, que además todavía no se recupera de su lesión) y agregado un delantero punta (Icardi, que está en plena racha de eficacia).
Todo esto más la entrada y salida de los racinguistas Ricardo Centurión y Lautaro Martínez, ya a esta altura es una anécdota; se suma a las tantas superadas en este arduo camino hacia Rusia 2018. Y yo, personalmente, sin invitar a nadie a acompañarme, sigo sosteniendo que lo que me deja perplejo es la permanencia del inconmovible Lucas Biglia, a quien considero un jugador sin peso, sin trascendencia, sin gracia.
Está cháchara está sonando en este momento desde Ushuaia a La Quiaca. Y no pude resistir la tentación de sumarme. Al fin y al cabo, ¿qué hay comparable a sacudir las telarañas que obstruyen las ideas de 40 y pico millones de técnicos futboleros? Hoy todos nos expresamos… dentro de dos semanas pasaremos a ser sufrientes espectadores de la pantalla caliente y todo será sorprendente.