Por Lanzas y Letras / Zona Pública
“No parecen guerrilleros”, se pudo escuchar, entre los murmullos y charlas de pasillo, después de la rueda de prensa organizada por la Federación Internacional de Prensa de los Pueblos (FIPU) en Quito, Ecuador. El comentario pretendía ser un elogio; iba acompañado de valoraciones a la informalidad, la sencillez y el trato de igual a igual que los jefes de la Delegación del ELN mantuvieron con los comunicadores y periodistas con quienes compartieron dos jornadas completas de trabajo.
Pablo Beltrán, jefe de la Delegación, se había visto sorprendido por una pregunta sobre la última temporada de Game Of Thrones y, tras unos balbuceos, debió reconocer que no veía la serie; estallaron las carcajadas, Beltrán el primero. Y aún faltaban las poses de los jefes insurgentes con las camisetas de Star Wars adaptadas a la situación, con la leyenda “StOP Wars” (paren las guerras). Como parte del clima descontracturado, el profesor Víctor de Currea-Lugo comentaba el enfoque que le dará a su nuevo libro: “historias de vida de los integrantes de la Delegación, para mostrar su lado más humano”.
Beltrán y los otros mandos del ELN dedicaron extensas horas a atender a medios de prensa. El mismo tiempo merecieron cadenas internacionales como Hispan TV, Telesur, y colectivos de comunicación alternativa que contaban con modestos equipos: todos tuvieron su “exclusiva” con los jefes del ELN.
Consuelo Tapias, una de las mujeres de la Delegación, viste con elegancia, se expresa con claridad y sonríe con frecuencia. Aureliano Carbonell invita un tinto, busca conversación con los periodistas, quiere informarse. La tranquilidad de saberse por fuera de la guerra (al menos geográficamente, al estar en Ecuador; al menos temporalmente, mientras duren los diálogos) seguramente ayude a que “no parezcan guerrilleros”. Pero quienes comparten reflexiones y chascarrillos con simpleza y naturalidad cargan con años -décadas- de lucha armada. Beltrán integra la máxima instancia de conducción, el Comando Central del ELN, desde hace más de 20 años; Carbonell es miembro de su Dirección Nacional. Se trata de personas de máxima responsabilidad en una guerrilla que decidió, en su Quinto Congreso realizado en 2015, “explorar la voluntad de las élites” de Colombia para alcanzar un acuerdo de paz y que, mientras tanto, mantiene su actividad guerrillera, incluso en expansión. Por eso, las expectativas sobre un posible acuerdo de Cese Al Fuego concitaron, durante las últimas semanas, el mayor interés.
Pero a la expresión que abre esta nota puede darse, también, otra interpretación. Podría decirse que “no parecen guerrilleros” en el sentido clásico, caricaturesco del término. Como guerrilla, el ELN tiene tanto de fuerza militar irregular como de vocación política e interés por los movimientos sociales. Eso expresan los integrantes de la Delegación cuando reclaman, con insistencia, ante la falta de garantías para los líderes sociales, cuando instan a la participación “decisiva y vinculante” de la sociedad o cuando, como puede escucharse en la entrevista que acompaña esta nota, describen el trabajo político que la organización desarrolla en las ciudades. “La militancia nuestra se mueve en los barrios, en las fábricas, en las Universidades, en muchos sectores urbanos”, explica Carbonell. “El ELN es una organización versátil, está en todos los sectores de la sociedad, en todos los sectores generacionales, con la juventud colombiana”, agrega Consuelo.
Curiosa guerrilla ésta, que no incita a los jóvenes a que se vuelquen a la lucha armada sino a buscar sus propios canales de participación. Dice Carbonell: “Les proponemos a los jóvenes que busquen sus propios caminos, y que busquen la manera de contribuir a un país distinto, de más justicia, de más democracia, y contribuir a un criterio de humanidad mejor del que nos da el modelo capitalista”. Complementa Consuelo: “El mensaje para la juventud y para la sociedad colombiana es que participen de manera activa, en todo el proceso de diálogos y de salida política y negociada a la situación de violencia que se vive. Buscar un mejor país”.
“Otro desafío para la paz”
El ELN llevó su propia propuesta al encuentro con medios y periodistas. Tomás García Laviana, integrante del ELN y responsable de comunicaciones de la Delegación, leyó una carta en la que invitan a “periodistas, comunicadores y comunicadoras, trabajadores y trabajadoras de prensa; medios comunitarios, alternativos, populares y estatales” a ser protagonistas de las instancias de participación para “democratizar los medios de comunicación”.
“Hablar de democratizar los medios en Colombia es subversivo, los grandes medios tienen rechazo a la democracia”, había dicho uno de los comandantes en la rueda de prensa. El debate sobre el rol de los medios y la paz estuvo presente durante los dos días de encuentro de la prensa con la Delegación. En la declaración final, que suscriben 15 de los medios presentes en el evento, se acepta la invitación: “En respuesta a la carta abierta de la delegación de paz del ELN, enviada al Encuentro, reconocemos como un hecho positivo que se propongan espacios de discusión futuros sobre el quehacer de los medios de comunicación en la construcción de la paz y reafirmamos nuestra disposición a trabajar en ese sentido”, dice el texto, suscripto por los medios federados en FIPU.
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La forma concreta que adoptarán las instancias de participación de la sociedad como garantía de estos nuevos acuerdos de paz que se avanzan en Quito, es aún una incógnita. Por momentos parece que las trabas en la Mesa son determinantes. El Gobierno acusa al ELN y éstos, a la intransigencia del Gobierno. “Solo la presión de la sociedad, de los sectores democráticos, del campo popular, los obligará a ellos a flexibilizar su posición” dice, en la entrevista, Aureliano Carbonell. En sus planteos, en la recurrencia de sus propuestas, vuelve a destacar el protagonismo que le atribuyen a la participación de la sociedad.
Para que esas instancias se concreten, habrá que esperar a que inicie el cuarto ciclo de diálogos en Quito, previsto para finales de septiembre.
ENTREVISTA – ZONA PÚBLICA: