Por Redacción Marcha/ Foto: Nadia Sur
Luego de dos años y cuatro meses y tras la declaración de Yanina González, Alejandro Fernández, el femicida de Lulú, se encuentra detenido con prisión preventiva. La causa se inició poco antes que la joven fuera absuelta por “abandono de persona”. Una historia de lucha que merece volver a ser relatada.
Tras iniciativa del fiscal Marcelo Fuenzalida del Tribunal N° 2 de la Mujer y la Familia de Pacheco, el 6 de octubre de 2016, Yanina González volvió a dependencias judiciales, pero esta vez concurrió a declarar en la causa contra Alejandro “Berugo” Fernández por el femicidio vinculado de Luzmila Tiara Ortiz, como particular damnificada y para aportar datos en lo concerniente al fallecimiento de su niña.
Fernández fue imputado por “homicidio” y la abogada defensora de Yanina González, absuelta por el mismo hecho, Gabriela Conder, informó que, a partir de esta reciente declaración, el Juez ordenó la prisión preventiva. Desde la defensa solicitaron además se cite como testigos a ex parejas del femicida.
Además se agregaran como pruebas mensajes en los que el acusado admitiría el asesinato de Lulú y la amenaza de muerte a los hijos de una ex pareja. Yanina sabe perfectamente que los tiempos de la justicia son lentos. Ella hoy es una mujer muy fuerte que ya no se calla y exige justicia por su hija Lulú.
Volver a dependencias judiciales pero libre
Allí, Yanina pudo volver a contar que aproximadamente desde el lunes 12 de agosto de 2013, notó que la niña no se comportaba de la misma manera y expresó que “estaba como muy apagada y tenía unas manchas en el cuerpo” que llamaron su atención. También relató que durante esa semana hubo una discusión en la que el acusado agredió a Yanina, “me empujó y me pateó cuando estaba en el piso”, explicó ante el fiscal. Por ese entonces ella estaba embarazada de 6 meses de Tiziana.
Yanina González contó además que tras pocos días, el viernes 16, tomó la decisión de volver a la casa de su padre, y fue cuando se produjo otra discusión debido a que “no tenía plata para la SUBE”. Su intención era levantarse el sábado temprano y partir con su hija, pero mientras preparaba la mamadera de Lulú, escuchó algunos quejidos y al darse vuelta; encontró a Fernández tapándole la boca con su mano y golpeándola en el costado de su torso y en la cabeza. Inmediatamente se acercó y comenzó a forcejear logrando apartar al violento pero notando que Lulú tenía dificultades para respirar. Fue entonces cuando relató que salió a la calle con su hija en brazos pidiendo ayuda, subiendo a un remis que las lleva al hospital.
Condenada por el Estado, liberada por el feminismo
“Si abrís la boca te mato”, fueron las palabras que Alejandro Fernández dijo a Yanina en el hospital de Derqui mientras aguardaban que los médicos intentaran salvar a Luzmila de la muerte. Este sábado 17 de agosto de 2013, falleció la pequeña Lulú quien estaba por cumplir dos años cuando su mamá Yanina González, cansada de la violencia de su pareja decidió abandonar la casita. Alejandro Fernández no quería que se fuera, por eso, en represalia, golpeó hasta matar a la niña.
Ante esta situación intervino la fiscal Carolina Carballido Calatayud de la Fiscalía especializada en violencia de género de la localidad de Derqui y la historia ya conocida. La misma que consideró que la madre no había garantizado la vida de la niña y que por eso lamentamos su muerte. Inmediatamente Yanina quedó detenida. Y a los pocos días pidió la preventiva y fue encerrada en un penal.
Porque si hay algo peor que ser mujer y pobre en un Estado patriarcal; es ser mujer, pobre y madre. Yanina estaba embarazada de 6 meses. No pudo despedir a su hija y quedó detenida por “abandono de persona agravado por el vínculo”. El femicida libre y sin siquiera ser acusado e investigado, a pesar de contar con antecedentes de golpes y amenazas hacia otras parejas e hijos.
Yanina parió a Tiziana en la cárcel de mujeres de La Plata y pasó un año y tres meses de cautiverio cargados con mucha lucha para que le dieran la prisión domiciliaria. Los primeros días de marzo de 2015 tuvo lugar el juicio oral y público y fue absuelta. Y esta mujer, que sufrió violencia de cuanto hombre tuvo a su alrededor, se enfrentó al Estado que la abandonó y que pretendió condenarla por no haber cuidado a su hija.
Pero a Yanina González la liberó el feminismo. Porque desde el primer día el Centro Comunitario Gallo Rojo del Barrio Obligado, en el conurbano oeste, y en el que participaba, asumió la tarea de defender a su compañera. Y convocando a la abogada especialista en violencia de género Gabriela Conder, y a decenas de mujeres que se solidarizaron con ella, difundieron en los medios y en las calles lo obvio: la exigencia de libertad para Yanina y justicia por Lulú.
Podes leer el especial del juicio contra Yanina González en: http://www.marcha.org.ar/especial-yanina-gonzalez/