Por Sergio Segura* @comunhc
Juan Carlos Monedero fue asesor del comandante Hugo Chávez, se desempeña como profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid y es uno de los políticos fundadores del partido Podemos de España. En la entrevista brinda una lectura general de la coyuntura política latinoamericana y argumenta la importancia de combinar la movilización social con ‘lucha institucional’.
La retoma de posiciones por parte de la derecha en gobiernos latinoamericanos hizo hablar de fin del ciclo, o en palabras del vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, de “una oleada contraria a los gobiernos populares o progresistas”. A su modo, los partidos Syriza en Grecia y Podemos en España, parecían acompañar esos impulsos de cambio en Europa, aunque tampoco les viene resultando fácil. ¿Cómo ve el panorama global de los movimientos y partidos políticos que se proponen un cambio social anticapitalista?
Desde la ciencia social es muy difícil explicar todo con grandes categorías que engloben, los países y sus desarrollos han sido diferentes. Lo que sí es cierto es que algo de oleadas tienen los procesos. Basta recordar la emoción que produjo en Europa la victoria de Syriza, en un país pequeño; un sentimiento de euforia que alimentaba las fuerzas de cambio en otros lugares. Algo similar ocurrió con la victoria del comandante Chávez en el 98, que a su vez alimentó la victoria de Lula [en Brasil] y del dominó de victorias de la región. Es verdad que esa conjunción de gobiernos de cambio por el propio desgaste de las tareas de gobierno, permitía pensar que la posibilidad de derrotas y del regreso de fuerzas conservadoras fuera una realidad.
Hay que establecer, sin embargo, una alerta: después del fracaso de Estados Unidos en Medio Oriente, la semana pasada bombardeó seis países. Obama quiere irse dejando a América Latina como el patio trasero de los Estados Unidos. Cambió la estrategia en Cuba, están dolarizando una parte importante de su economía; han apoyado todas las tensiones golpistas en Venezuela; han apoyado la victoria de Macri en Argentina; han sostenido, apoyado, legitimado y justificado el golpe de Estado en Brasil, que sí es un golpe de Estado; y el único conflicto que no han sido capaces de solventar, ni con una política brutal de bombardeos con drones, está en proceso de solución a través de la firma de los tratados de paz en Colombia.
Todos esos son elementos preocupantes, aún más cuando hubo errores en los gobiernos de cambio en los últimos quince años. Han cometido los mismos errores que ha cometido la izquierda europea, no construir ciudadanías conscientes sino construir clases medias que terminan saliendo a votar por sus verdugos, como ocurrió en Inglaterra con Margaret Thatcher, y aquí está ocurriendo con el apoyo a los gobiernos que van a volver a situaciones de pobreza a una parte de la ciudadanía.
En segundo lugar, errores también de no haber insistido más en construcciones alternativas que afecten la consciencia, en el sentido de que la derecha tiene universidades, la CNN, redes de profesores, mientras que los movimientos de cambio de América Latina ni siquiera han apoyado como hubiera correspondido a Telesur. Hasta ahora se dan cuenta Lula y Dilma Rousseff de lo importante que es tener un canal que simplemente informe. CNN transmitió la comparecencia de Dilma en su impeachment y traducía mal.
No generar conciencia te genera una ciudadanía debilitada. No haber reinventado el Estado para salir de su lógica representativa, de su lógica institucional burocrática, creo que son errores, porque vuelven los gobiernos antiguos y vuelven prácticamente a los mismos sitios y con las mismas lógicas, lo cual demuestra que no se han hecho las transformaciones que dificulten ese traslado.
Pero no quiero ser pesimista. En todos los países hay una oposición muy fuerte, tanto a Temer [en Brasil] como a Macri [en Argentina], incluso a que regresen los golpistas a Venezuela. Eso nos hace tener un optimismo de que en los últimos 15 años algo se ha logrado, alguna conciencia se ha logrado.
En Colombia se suele decir que vamos a contrapelo de los procesos regionales; la derecha más guerrerista gobernó mientras se hacían fuertes experiencias progresistas en Latinoamérica. ¿Cree que ahora se abrirán posibilidades políticas para la izquierda a partir de los acuerdos de paz, aún en una región donde lo que parece avanzar es un nuevo consenso de derechas?
Estoy plenamente convencido de que Colombia puede tomar el relevo igual que lo puede tomar México. En los lugares que desaparece la lucha armada, la posibilidad de un gobierno de izquierdas emerge. Estoy convencido de que están las circunstancias dadas. Después de ganar la Segunda Guerra Mundial, Churchill perdió las elecciones y las ganaron los laboristas, así que yo creo que es bastante probable que ocurra lo mismo con el pueblo colombiano, que agradezca el esfuerzo que ha hecho la izquierda por la paz, porque no ha sido el gobierno de Santos, han sido las fuerzas políticas progresistas y las propias guerrillas las que más han luchado por la paz, con la ayuda, por cierto, de la Venezuela del presidente Chávez y de Maduro.
Como conocedor de la revolución bolivariana desde adentro, ¿cree que el chavismo logrará mantener y profundizar el rumbo antineoliberal, más allá del evidente desgaste? ¿Por qué Venezuela atraviesa tantas dificultades que pueden poner en jaque la continuidad del proceso de cambio?
El proceso bolivariano tuvo éxito en la lucha contra el neoliberalismo, pero no tuvo tanto éxito en cuanto a los problemas estructurales históricos de Venezuela. No ha reforzado, no ha construido una base de funcionarios públicos probos, bien formados, honestos. Ha fracasado a la hora de frenar la dependencia de las importaciones, no ha avanzado lo suficiente en la autosuficiencia alimentaria. Por la propia deficiencia de ese Estado débil por el rentismo petrolero, no ha construido un Estado eficiente. Esa deficiencia ha dejado paso a la corrupción, que es de donde se enganchan los representantes de la derecha para intentar debilitar. En la corrupción siempre hay dos lados: la administración, pero luego también el que corrompe. El que corrompe es de la derecha, son los empresarios, y ellos son los que utilizan esa corrupción de la que son parte para debilitar al gobierno.
Venezuela ha pasado muchos procesos electorales, ha tenido que luchar contra enemigos internos y externos infinitos y también ha descuidado parte de sus tareas, eso es lo que ahora de alguna manera le están cobrando.
El chavismo necesita una reflexión. No necesita volver hacia el pasado, necesita hacer lo que ya hizo en el 98 que es reinventarse hacia adelante. En Venezuela hay un golpismo tan terrible que se nota, porque está ávido de sangre y con una voluntad de revancha y de casi guerra civil, por eso es muy importante que el chavismo entienda que tiene que ser la fuerza de la estabilidad en ese país; estoy convencido que se va a generar conciencia. Hace unos días [octubre 2016] el presidente Maduro sacó tanta gente a la calle como la oposición, creo que eso es una señal de que hay conciencia, de que se es crítico con el gobierno, pero no se está a favor de que regresen los mismos responsables del Caracazo y del hundimiento de Venezuela en la noche neoliberal.
A diferencia de las experiencias latinoamericanas, Podemos viene creciendo sin haber contado con los resortes del Estado español; eso, que puede ser una limitante, es también una virtud en cuanto a la construcción de fuerzas políticas populares que deben poner su fortaleza en el movimiento popular por fuera del Estado. ¿Hay allí una lección para ser estudiada por los movimientos sociales latinoamericanos?
Nosotros entendimos que necesitamos instituciones y calle. Está muy bien y es muy épico parar un desahucio frente a la policía, pero es mucho mejor tener una ley que impida los desahucios. Nosotros tomamos una decisión cuando salimos del 15M [en referencia al 15 de mayo de 2011, cuando surge el movimiento de los Indignados en España]: las luchas de las calles debíamos acompañarlas con lucha institucional. El neoliberalismo logró sus propuestas desde el aparato del Estado; creo que se equivocaba [el teórico irlandés John] Holloway, el Estado tiene muchos problemas y puede terminar devorándote, por eso hay que mantener la vacuna de la calle, pero sin las instituciones no cambiamos la realidad.
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* Publicado originalmente en la Revista Lanzas y Letras No 31
** Podemos es un partido político español de izquierdas, fundado en enero de 2014, inspirado en las manifestaciones populares que iniciaron el 15 de mayo de 2011 con base en un fuerte protagonismo popular. Se convirtió en el cuarto partido más votado en España en las elecciones europeas de 2014. Juan Carlos Monedero es uno de sus fundadores e ideólogos. https://podemos.info