Por Brasil de Fato / Foto José Eduardo Bernardes
La cancha de la Escuela Nacional Forestan Fernanades (ENFF), en Guararema, interior de São Paulo, fue tomada este sábado por movimientos populares durante el acto en solidaridad al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). La movilización fue una respuesta a la represión truculenta de la policía, que el viernes invadió la ENFF.
La actividad contó también con la participación de políticos y legisladores como el ex presidente Lula, el senador Lindbergh Farias (PT;RJ) y e diputado federal Ivan Valente (PSOL-SP), que realizaron discursos en defensa del MST y contra la violación de derechos en el actual contexto brasileño. Entre las demás personalidades, movimientos populares, organizaciones y sindicatos presentes en el acto se encontraban militantes del Levante Popular de la Juventud, de la Unión Nacional de los Estudiantes (UNE), del Sindicato de los Profesores de la Enseñanza Oficial el Estado de São Paulo (APEOESP) y del Colectivo Democracia Corinthiana, compuesta por hinchas el equipo de futbol paulistano.
Representantes de organizaciones de 36 países también estaban en el acto, entre ellos de África de Sur, Egipto, Gana, India, Siria, Venezuela, Cuba y Palestina – siendo que los representantes de estos dos últimos países fueron ovacionados por el público. El acto se inició a las 15h, con intervenciones artísticas y musicales del MST y de representantes del Sindicato Nacional de los Metalúrgicos de África del Sur (NUMSA).
Rosana Fernanaes, integrante de la Dirección Nacional del MST y de la coordinación de la ENFF, abrió el acto. “Mucho más que prestar solidaridad, este es un momento de decir que la clase trabajadora eta viva. En este lugar simbólico reafirmamos nuestro compromiso y afirmamos que estamos resistentes, esperanzados y solidarios con la causa mayor: la liberación de a clase trabajadora en todas las dimensiones”.
Durante el discurso que cerró la actividad, el ex presidente Lula destacó sus recuerdos del velatorio del intelectual y político brasileño, Florestan Fernanaes, y se refirió a la presencia de la violencia policial. “Yo recuerdo que durante su velatorio recibí la noticia de la masacre de la Vila Columbiária, 11 manifestantes el MST asesinados en Rondônia. Fuimos para allá, para ver los estragos que la policía había cometido. Yo, sinceramente, creía que ya habían pasado los tiempos en que en Brasil se viajaba realizando actos de solidaridad con las víctimas de desgracias”.
Lula también destacó la importancia de la unión de los movimientos populares en el contexto político actual. “Vine aquí para ser solidario e intentar discutir con ustedes lo que está sucediendo en Brasil, que es muy grave (…) Están pasando cosas extrañas justo en el momento en que Brasil se asomó como protagonista internacional. Cuando este país se animo a erguirse de forma modesta y decir ‘yo existo’, decir que tenemos una deuda importante con los africanos que no puede ser mesurada, y que no podemos mirar para Europa sin mirar para África”, dijo.
El senador Lindbergh Farias inició su discurso afirmando que también cree en la unión de los movimientos populares. “No creo que sea un acto aislado, nosotros no estamos viviendo un Estado de Derecho. Están dando un nuevo golpe en el país, un golpe continuado que usa la represión contra cualquier movilización social, o ataque y criminalización de movimientos sociales como el PT, la persecución a Lula. Tenemos una justicia selectiva que persigue organizaciones y partidos populares. Este acto, más que solidaridad, es un acto de coraje. No vamos a intimidarnos, vamos a resistir a la restauración el neoliberalismo”, afirmó.
El diputado federal Ivan Valente también manifestó su indignación con la represión policial. “Este acto y lo que sucedió ayer, evidencia un momento muy serio de la política brasileña, mucha osadía del conservadurismo brasileño ataca un símbolo de la resistencia a la dictadura militar y de la reforma agraria, saltando la cerca y a los tiros. Tenemos que decir que no aceptamos represión en Brasil, vamos a luchar de cabeza erguida”.
Jandyra Uehara, secretaria nacional de políticas sociales y derechos humanos de la Central única de los Trabajadores (CUT), también cuestionó el Estado de derecho de la democracia brasileña, defendiendo la movilización continuada de los movimientos populares. “Estamos viviendo un estado de excepción y no tengo dudas de que tenemos que defender a nuestras organizaciones. Tenemos que tener solidaridad cotidiana y construcción colectiva. El acto convocado para el día 10 es muy importante para decir que no aceptamos ese retroceso. Tenemos que tener una agenda de lucha, que sea un noviembre rojo. Nosotros estamos vivos y nosotros resistiremos”.
La presidenta apartada Dilma Rousseff fue una de las innumerables personas que mandaron su solidaridad al MST después de los sucesos el viernes (4). “Es asustador que el retroceso que viene sucediendo en Brasil, iniciado con el Golpe, mantenga el peligroso curso de la construcción de un Estado de excepción en el País. La invasión de la Escuela Nacional Florestan Fernandes, ligada al MST, es un grave precedente. No hay porque admitir acciones policiales represivas que resulten en tiros y amenazas letales, aún más en una escuela. Tampoco es aceptable que criminalice al MST. No vamos a quedarnos callados delante de la banalización de la violencia del Estado contra quien quiere que sea”, afirmó en una nota.
El acto finalizó con los discursos de otros referentes y la entonación del himno del MST, que retumbó por la cuadra ocupada.