Por Laura Cabrera @LauCab
En la noche del jueves y mediante orden judicial, un grupo de policías clausuró el galpón de la ex Esma donde se desarrolla el proyecto de construcción colectiva del Monumento a la Mujer Originaria. Desde entonces, los y las artistas no pueden ingresar al lugar en donde quedaron las diez toneladas de llaves, la escultura matriz y herramientas de trabajo. El artista plástico a cargo de la obra, Andrés Zerneri, destacó que se trata de una actitud de un gobierno “completamente ajeno ideológicamente a la idea de este tipo de construcción”.
En la noche del jueves, integrantes de la Policía Federal se acercaron al galpón en donde se desarrolla el proyecto del Monumento a la Mujer Originaria con un documento que ordenaba clausurar el lugar. Esta acción es resultado de la denuncia realizada por la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, caratulada como “delito de acción pública: no innovar del predio Esma”, mediante la cual se prohíbe cualquier actividad que desarrolle el artista plástico Andrés Zerneri o cualquier persona cercana a él en ese espacio. Desde ese entonces, la entrada permanece fajada y custodiada por efectivos de civil que impiden el ingreso de los y las artistas al galpón en donde quedaron las diez toneladas de llaves, la escultura matriz y herramientas, lo que hasta hoy es fruto de seis años de trabajo solidario y colectivo.
Ante las acciones, Zerneri explicó que “esto no puede no tener una lectura política”. Además denunció: “Se trata de una actitud de un gobierno completamente ajeno ideológicamente a la idea de este tipo de construcción, de algo que tiene que ver con nuestras raíces, nuestra historia que no se remonta solamente a los últimos 200 años sino desde que el hombre pisa estas tierras. Estamos hablando de culturas ancestrales, de un homenaje a toda la resistencia de los pueblos originarios de nuestramérica. Y saben que cuando terminemos la escultura queremos donarla a la Ciudad de Buenos Aires, pidiendo que se saque el monumento al General Roca. Saben entonces que atentando hoy contra este monumento están evitando un dolor de cabeza para el presidente Macri”.
Según explica Zerneri, el principal problema lo tendrá el Gobierno a la hora de poner en mesa de debate si sacar o no la figura de quien es considerado un genocida. El artista también indicó que la afirmativa se ve reflejada en la cantidad de llaves conseguidas, lo que expresado en donantes de bronce, es un gran número de personas. “Esta es la prueba concreta. Este monumento se puede hacer porque hay tanta gente que ha donado un pequeño elemento de bronce como una llave”, reflexiona Zerneri al hablar de la campaña por la colecta de bronce, hoy cumplida en un 95 por ciento.
A modo de repudio a la denuncia realizada y a la acción concreta del jueves, el sábado por la mañana se realizó una actividad en la puerta de la ex Esma, lugar al que asistieron agrupaciones gremiales, de organismos de derechos humanos, de pueblos originarios, artistas y el historiador Osvaldo Bayer (impulsor del proyecto) para expresar la importancia y la necesidad de culminar con esta obra que levanta la bandera de la identidad. “Esta es una demostración interesante de todas las personas que no están solo apoyando a los artistas sino que sienten como algo propio este monumento por el cual han donado llaves, han divulgado y han formado parte de una obra que es legítimamente colectiva”, concluyó el artista plástico.
Derechos humanos y pluralismo cultural según el Gobierno de turno
La autorización a trabajar en el galpón ubicado en el predio de Avenida del Libertador fue cedida por el organismo conformado por integrantes del Gobierno Nacional, el de Ciudad y de organizaciones de derechos humanos. Todo se desarrolló con normalidad hasta diciembre, cuando el cambio de gobierno con Mauricio Macri a la cabeza, comenzó a mostrar otros intereses.
Según indicó Zerneri, a partir de este cambio de “color político”, el secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, Claudio Avruj, se acercó “de manera informal” hasta las instalaciones y manifestó su deseo de que el grupo deje libre el galpón. Lo cierto es que en declaraciones a medios realizadas a principio de año por Avruj, él mismo aclaró que la ocupación de ese terreno fue otorgada por Oscar Parrilli cuando éste era secretario General de la Presidencia y que lo que existe hoy es un “vicio en la ocupación”, con una actividad que no está asociada a la misión del Espacio para la Memoria.
Los y las artistas aseguran que esta medida tocó la sensibilidad de un gran número de organizaciones de derechos humanos, ya que tal como reflexionó Zerneri, la acción es grave en un sentido doble. “Hacer un operativo policial, con varios patrulleros en la ex Esma genera una sensación que va más allá de lo que pasó en lo particular con el galpón. Genera una sensibilidad en todos los organismos de derechos humanos porque es un lugar que fue un campo de concentración, de desaparición de personas. Se ha armado un revuelo importante porque mucha gente se sintió muy agraviada con esta acción”, finalizó.
Una vez más, el Gobierno nacional toca la sensibilidad de organizaciones y de cualquier ciudadano que entienda este tipo de acciones asociadas a proyectos solidarios y colectivos como una batalla por sostener la identidad de los pueblos, una iniciativa alejada de colores políticos y conquistas que vayan por fuera de cualquier interés que no sea el del pueblo soberano.