Por María Cheb y Nadia Fink.A mediados de enero pasado, Franco Zárate era asesinado por un kiosquero de su barrio. Ante un nuevo caso de xenofobia y discriminación, hoy se realiza una concentración en el Obelisco para pedir justicia.
El 23 de enero, cuando recién empezaba a andar el 2015, Franco Zárate fue con su primo Aldo y su papá Elvis a comprar algunas bebidas a un kiosco ubicado en la esquina de Bragado y Basualdo, del barrio de Mataderos; su barrio. Franco tenía 19 años y formaba parte de una fraternidad Toba, en la cual bailaba, y quienes estuvieron con él aquella madrugada trágica cuentan que fue víctima de los prejuicios xenófobos y la discriminación.
El kiosquero en cuestión, Gualberto Pelagio Ximénez, quiso cobrarles el doble, por lo que discutieron y tras eso el comerciante empezó a amenazarlos e insultarlos. Nos cuenta Carla Barriga, amiga de la familia, en conversación con Che Barracas, “El kiosquero comenzó a insultarlos diciendo cosas como bolivianos de mierda y cosas por el estilo, de tipo xenófobo y discriminatorio. Además, cuando se estaban yendo ya, el kiosquero le pegó una trompada a Franco cuando este ya estaba dentro del auto”, Es en ese momento cuando Franco vuelve a salir del auto y entonces el kiosquero, sin más, le pega un tiro en el pecho.
En ese marco, nadie se acercó para brindar ayuda ni para llamar a una ambulancia, por lo que Elvis y Aldo tuvieron que llevar a Franco al Hospital Santojanni donde los médicos confirmaron su muerte. No conforme con su ataque brutal, mientras tanto, el kiosquero y su esposa se dirigieron a la Comisaría 42 de Mataderos, ubicada en Directorio y Lisandro de La Torre, y abrieron una denuncia por “supuesto robo”. Por eso, cuando el papá y el primo de Franco llegaron a la comisaría para hacer la denuncia formal por asesinato, los policías de turno los dejaron encerrados por robo, sin atender a la muerte de Franco.
Al respecto, el abogado de la familia, Cristóbal Zárate, declaró a El Visor Boliviano que Comisaria 42 de Mataderos, nos comenta Cristóbal Zarate que “habiendo un hecho de homicidio, un delito de acción pública, la policía tendría que haber actuado de oficio y levantar el sumario de este hecho. Pero no fue así, lo taparon deteniendo a los dos testigos presenciales del homicidio para proteger al kiosquero…inclusive hay irresponsabilidad en el cumplimiento de deberes del funcionario público por parte de los funcionarios de esta comisaría”.
Ante la inacción y el encubrimiento policial, familiares y amigos de Franco ya realizaron dos marchas por pedido de justicia. Exigen el cambio de carátula (aún hoy el caso quedó radicado en el juzgado criminal de instrucción Nº 25 como de “Robo y asesinato en defensa propia”) y la absolución de Elvis, el padre, y Aldo, el primo de Franco. Además se pide e procesamiento de la policía de la Comisaría 42 que cubría el turno esa madrugada, por encubrimiento y por discriminación ante el intento de denuncia por homicidio realizada por los familiares de Franco.
Por eso agrega Carla: “Sentimos que el caso de Franco ha tomado relevancia y pensamos que eso es muy importante. Invitamos a todos a concentrarnos. Los familiares de Franco podrán contar su versión de la historia. También contaremos con la presencia de familiares de otras víctimas de violencia policial como Ismael Sosa, y otras víctimas de gatillo fácil para que compartan su testimonio”.
La idea es que la concentración acompañe, también, el acampe que está realizando Félix Díaz. “Esto tiene que ver con una relación que tiene que ver con la solidaridad en la defensa de la identidad indígena”, dice Carla, al tiempo que enfatiza la denuncia contra el accionar irresponsable y xenófobo de la policía, pero también de los vecinos.
Mientras tanto, Franco es una ausencia que lastima, y sus amigos les siguen dedicando palabras y luchas. Unas líneas publicadas en el Facebook Justicia Por Franco Zarate lo resumen: “Este es el momento de que los jóvenes se pongan sobre los hombros la lucha que nuestros padres no supieron seguir por no tener recursos que nosotros hoy en día tenemos, hasta cuándo vamos a seguir permitiendo que nos insulten, nos golpeen, nos discriminen, y nosotros sin hacer nada, BASTA”.