Fotos por Andres Acosta, Soraya Baigorria , Marina Carniglia, Nayko Fotos, Juan Noy, Nicolas Nuñez, Estefania Ruffa, Natalia Saá, Gabriel Sotelo, Nadia Sur y Colectivx Veinticuatro/tres / Texto por Nadia Fink
Marchamos, marcharon, marcharemos. Juntas, entrelazadas, revueltas, llorando, riendo, de pie.
Éramos miles y miles las brujas, tataranietas, bisnietas, nietas, hijas, hermanas, sobrinas de las que quemaron hace siglos; de las que encerraron en conventos e hicieron pasar por “locas”, “insanas”. Y hoy, como hace siglos, ¿qué quieren callarles a las mujeres? ¿La libertad que les grita en el cuerpo? Como a Diana Sacayán o a Lohana Berkins y la furia travesti que no se detiene…
¿La lucha por la tierra y contra su arrasamiento depredador? Como a Berta Cáceres y su cobarde asesinato mientras dormía en su mismísima casa.
¿Qué más incomoda? ¿No habíamos dicho “Ni una menos” hace sólo 9 meses atrás? Y, sin embargo, hay un femicidio cada 26 horas, y Marina y María José, las mochileras mendocinas, son señaladas por pasear, conocer, ser libres…
Las Madres de Plaza de Mayo, la Campaña Contra las Violencias Hacia las Mujeres, la Campaña por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, las organizaciones sociales, sindicales, las mujeres sueltas, las trabajadoras, las doñas, las pibas y los pibes, desandaban el camino entre el Congreso y la Plaza de Mayo, bajo un cielo que se oscurecía y auguraba lluvias, o sólo acumulaba conjuros.
Las ausencias recientes en este día –Berta, Diana, Lohana– fueron rostros y nombres que precedieron el camino. Pero lo que resuena es más que eso, y son sus ejemplos, sus luchas inconclusas pero que ya no pueden volver atrás. Por eso se retoman y resignifican, y son las de Latinoamérica y las de Argentina. Son hoy contra las violencias, contra editoriales o funcionarios que quieren desterrar la memoria, contra los despidos masivos e inexplicables, contra la inflación que padecen las clases trabajadoras todos los días.
Y, sobre todo, la marcha de ayer, el día de ayer, son para tejer un aquelarre indestructible ya. Que recoge las ausencias pero que es, sobre todo, presencias: juntas, entrelazadas, revueltas, de pie, sosteniendo hoy, proyectando al futuro, reivindicando derechos, perpetuando alegrías y sabiendo que a fogatas encendidas, brujas furiosas que no dan marcha atrás.
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