Por Francisco Parra – @frparrag
“Historia de un oso” logró el Oscar a Mejor Cortometraje Animado. Se trata de una emotiva historia de una familia separada por fuerzas represivas, basada en la historia del ex secretario de Salvador Allende y abuelo del director durante la dictadura de Augusto Pinochet.
El 11 de septiembre de 1973 se produjo el Golpe de Estado en Chile, que puso fin al gobierno socialista de Salvador Allende e inició un largo período de 17 años de dictadura militar e instauración de un modelo económico neoliberal que continúa pesando hasta hoy sobre millones de chilenos. Un día después del golpe -el 12 de septiembre-, Leopoldo Osorio, ex secretario de Allende y concejal por la comuna de Maipú de Santiago, fue detenido por las fuerzas represivas del régimen. Tal como miles de otros militantes y no militantes, tanto en Chile como en el resto de las dictaduras que se vivieron en América Latina, Osorio tuvo que dejar su familia y partir al exilio.
Durante la noche del pasado domingo, en la premiación de los Oscars, el cortometraje “Historia de un oso” logró la estatuilla a “Mejor Cortometraje Animado”. Dirigido por Gabriel Osorio, cuenta la historia de un padre de familia de osos que es separado de su esposa e hijo y forzado a trabajar en un circo. La alusión y referencia es directa: es la historia de su abuelo Leopoldo, detenido hace más de 40 años por los agentes de Pinochet.
En el corto, el “padre Oso”, trabaja en la calle con su Diorama, con el que espera en una esquina que alguien conozca su historia a cambio de una moneda. Es la historia de un padre de familia sacado de su hogar, detenido, enajaulado, torturado y forzado a trabajar en un circo junto a otros animales.
La animación no solo se convirtió en el primer trabajo cinematográfico chileno en ganar un premio Oscar -y el primer latinoamericano en su categoría- sino que además lo hizo con un presupuesto ínfimo, imponiéndose sobre gigantes de la industria como Pixar.
La productora “Punkrobot” demoró 4 años en que la obra viera finalmente la luz. Y el resultado ha sido reconocido ampliamente, por lograr en solo 10 minutos combinar una emocionante historia de exilio, persecución y represión con una increíble propuesta estética que incluye diversas técnicas de animación, stop motion y animación 3D.
Al recibir el premio, el realizador Gabriel Osorio recordó al inspirador de la historia: “Quiero dedicarle este logro a mi abuelo, quien inspiró esta historia y a todas las personas que, como él, han sufrido el exilio. Realmente esperamos que esto nunca más vuelva a ocurrir”.
El abuelo oso
Leopoldo Osorio era militante del Partido Socialista chileno en la época de la Unidad Popular (1970-1973). El 11 de septiembre, al enterarse que se producía el Golpe de Estado, resguardó a su familia y partió a Maipú, su comuna en la ciudad de Santiago de Chile.
Recorrió poblaciones y sindicatos para constatar en persona la situación. Al día siguiente fue detenido y torturado junto a otros militantes socialistas de la comuna. Finalmente fue trasladado a la Cárcel Pública de Santiago, donde compartió con otros presos comunes las condiciones de hacinamiento y tortura. “Mi circo fue la cárcer pública”, dijo Osorio ayer a un medio chileno, en referencia al cortometraje de su nieto.
Es parte de la lista de 100 presos políticos que llegaron a la Penitenciaria de Santiago. Fue condenado por la Justicia Militar de la época a 10 años de presidio. Finalmente logra salir del país e inicia un largo exilio en el que recorrió distintos países, hasta radicarse en Inglaterra. Tras el término de la dictadura, vuelve a Chile en 1991. Pero el daño estaba hecho: su hijo -el padre de Gabriel- había fallecido mientras se encontraba fuera del país. “Él estaba vivo, pero invisible”, dijo en una entrevista Gabriel Osorio sobre sus recuerdos de la época.
Pero hoy festeja que el mundo celebre a su hijo y se emocione con su historia. “Mi nieto me llamó y me dijo: ‘Abuelo, ¿qué le parece? La verdad, me emocioné mucho. Mi mujer murió hace muy poco y todas estas emociones me vinieron juntas”, dijo Leopoldo, en referencia a su compañera Nelly Fernández, fallecida hace un mes tras 60 años juntos. Hoy, a sus 86 años, el “Oso” que ganó el Oscar reside en su natal Maipú y está a la espera de la llegada de su nieto para celebrar el galardón.
Revisa acá el cortometraje completo: