Por Mario Hernández
“Hay dirigentes que han adoptado las formas de vida, los automóviles, las casas, las inversiones y los gustos de la oligarquía a la que dicen combatir. Desde luego con una actitud de ese tipo no pueden encabezar a la clase obrera”, Amado Olmos.
Panorama sindical. Los acuerdos de las dirigencia burocrática en un pliego de condiciones para un próximo gobierno. Un repaso por la situación de sindicalización de la última década. Además, el repaso por los conflictos obreros de la semana pasada: Cresta Roja y Ademys, entre otros.
La mayoría de la dirigencia sindical manifestó sus preferencias por Daniel Scioli, no solo a partir de las encuestas que lo ubicaban primero en intención de voto, sino también gracias a sus promesas de defender el modelo sindical, respetar las paritarias libres y garantizar la distribución de los fondos de las obras sociales, que representan las tres reivindicaciones fundamentales plasmadas en el documento “El camino de la unidad para garantizar la producción y el trabajo”. No obstante, todos estarán con el que gane de acuerdo a la mejor tradición del sindicalismo peronista.
Luego de la reunión en la casa del empresario Hugo Franco el mes pasado, varios dirigentes lograron consensuar el miércoles un documento que sirve de base para la unidad sindical y pliego de condiciones para el próximo presidente. La reunión en el Hotel Castelar nucleó a moyanistas, independientes K, “gordos” y dirigentes del transporte. Los ausentes fueron Caló (UOM), Pignanelli (Smata), Viviani (taxistas), Sasia (ferroviarios) y Sergio Romano (docentes de la UDA).
Para la exigencia de representación de un gremio por rama de acuerdo a la Ley 23.551, no es un dato menor que en 10 años se crearon más de 650 sindicatos con y sin personería y que esa cantidad iguale a los existentes.
En algunos casos se trata de desprendimientos de viejas estructuras como el Sipreba (prensa), el Sitraic (construcción) que el pasado mes de junio logró su reconocimiento nacional, la Asociación Gremial de Trabajadores y Premetro del Subterráneo (AGTSyP), también conocidos como “metrodelegados” o la recientemente creada FATA (Federación Argentina de Trabajadores Agrarios) con representación en 17 provincias.
En otros, se trata de actividades que no tenían gremio propio como el Sutpa (peajes), la Unión Informática y la FESPROSA (Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la Republica Argentina) con presencia en 22 provincias y 30.000 afiliados, a la que un fallo judicial obliga al Ministerio de Trabajo su reconocimiento, basado en recomendaciones de la OIT.
Este mayor grado de sindicalización abarca al 40% de los trabajadores registrados como consecuencia del aumento del empleo que en el sector privado pasó de 3,5 millones de trabajadores en 2002 a 6,4 millones en 2014, con una tasa de desempleo que descendió del 25% en 2002 al 7% en la actualidad.
El crecimiento del empleo privado y la consecuente sindicalización se logró con el abaratamiento de la fuerza de trabajo, sobre todo en los primeros años de la posconvertibilidad, producto de la devaluación de inicios de siglo, que produjo un derrumbe de los costos salariales, más aún en dólares. También influyó la elevada capacidad ociosa que permitió incrementar los niveles de producción y utilidades sin tener que hacer fuertes inversiones.
No obstante, la tasa de empleo no registrado -“en negro”-, de acuerdo con los datos correspondientes al segundo trimestre de 2013 es de 34,5%, es decir, que uno de cada tres trabajadores se desempeña en esas condiciones, porcentaje que se eleva al 50% de la fuerza laboral si contemplamos la precariedad en un sentido más amplio (contratos por tiempo determinado, inexistencia de contrato laboral, ausencia de aportes a la seguridad social, etc.).
También preocupa a la dirigencia burocrática de los sindicatos la incipiente reorganización desde abajo que comenzó a registrarse en la última década a nivel de Comisiones Internas y Cuerpos de Delegados, ligados a la izquierda en posiciones estratégicas del movimiento obrero, al que no es ajeno la emergencia del Frente de Izquierda y los Trabajadores en el plano electoral.
Se reabre el conflicto en Cresta Roja
Trabajadores de la empresa Cresta Roja se movilizaron el jueves a Plaza de Mayo en reclamo de haberes adeudados, suspensiones reiteradas y sorpresivas, y por la permanente incertidumbre sobre la continuidad laboral.
En asamblea realizada por la mañana en la planta de Ezeiza decidieron marchar en busca de respuestas para los 5.000 trabajadores, en un conflicto que ya lleva casi 2 años.
El gobierno de Daniel Scioli puso al frente de la intervención a Daniel Gurzi, funcionario de la Secretaría General de la Gobernación, quien hace poco menos de un mes había dicho a los medios que “la Provincia va a entregar Cresta Roja normalizada”. Sin embargo los trabajadores desmienten que el gobierno de Scioli esté haciendo algo que vaya en un sentido real de solucionar el conflicto y dé garantía de las fuentes de trabajo.
En el Hospital de Niños de La Plata personal de maestranza y cuidados hospitalarios resolvieron en asamblea una retención de tareas por tiempo indeterminado. Denuncian las falsas promesas de pase a planta.
Mauricio Macri no es mejor
Aunque Mauricio Macri hable en sus spots de campaña de combatir el trabajo en negro y de “revalorizar al trabajador público”, siendo el actual jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires mantiene a miles de trabajadores en negro, precarizados, a través de contratos basura como lo son la “locación de servicio” y la “planta transitoria” y sus asesores económicos, como Carlos Melconian, hablan de recortar el gasto público y la planta estatal.
Es el caso de los trabajadores de Tránsito, que muchos confunden con policías pero son simples trabajadores estatales, cumplen el rol de un funcionario público pero más del 80% de ellos no lo son formalmente, ya que están ilegalmente encuadrados bajo una forma de contratación en negro muy común en el Estado, la “Locación de Servicio”.
Con un corte, enfrente de las dependencias de las autoridades de la Dirección General de Música, sobre las calles Bernardo de Yrigoyen y Alsina, también los trabajadores de esa dependencia denunciaron la precarización laboral que sufren efectivos y contratados hace años en el Gobierno de la Ciudad.
El miércoles una nutrida delegación de delegados de base de Ademys (docentes), acompañando por referentes políticos, legisladores del Frente de Izquierda y delegados de otros sindicatos, se movilizaron al Ministerio de Educación porteño. Reclamaron por el reconocimiento inmediato de sus delegados y que cese la persecución a quienes defienden la educación pública. Mientras tanto, los diputados nacionales Graciela Villata, Mario Barletta, Myriam Bregman, Pablo López y Nicolás Del Caño han presentado un proyecto de resolución en la Cámara de Diputados expresando su preocupación ante el intento de impugnación de los delegados y se solidarizan con el sindicato.
El lunes pasado, luego de una contundente segunda jornada de lucha, que interrumpió el servicio de subte de la Línea B durante 11 horas, los trabajadores dieron un gran paso en su lucha contra la precarización laboral, ya que firmaron un acta-acuerdo en el que la empresa que los había trasladado (MCM) se compromete a abonar el 50% de las horas adeudadas dentro de las 48 horas y luego completar el pago total, desvinculará a los trabajadores abonándoles indemnizaciones y éstos serán incorporados a la empresa Briefing para realizar tareas en el subterráneo. La Secretaría de Trabajo reconoció también que se debe aplicar el convenio que establece la jornada laboral de 6 horas.
El viernes 23 realizaron un paro total de actividades los trabajadores del Zoológico porteño, garantizando el cuidado y alimentación de los animales del predio, así como sucedió el 4 de septiembre pasado.