Especial Colectivo desde Salta. Ha finalizado el XXIX Encuentro Nacional de Mujeres en Salta. Alegría, rebeldía y diversidad en el debate político fueron las banderas que se levantaron para interpelar a un territorio en el que los poderes eclesiásticos, políticos y judiciales operan contra los derechos de las mujeres. Mar del Plata será la próxima sede.
La marcha es el momento de máxima emoción en la expresión de las mujeres autónomas y organizadas que participan de los Encuentros Nacionales. En esta ocasión, ayer por la tarde noche, marcharon mas de 40 mil que gritaron, bailaron y actuaron en defensa del derecho a vivir una vida libre de violencias y opresiones.
“Alerta/ alerta/ alerta que caminan/ mujeres feministas por América Latina” era uno de los cantos que más se escuchaba y en el que confluyeron los reclamos del movimiento organizado contra las redes de complicidad que hacen posible la existencia de las redes de trata de personas y explotación sexual, contra la educación religiosa obligatoria en escuelas públicas, contra los impedimentos en el acceso a los abortos no punibles y en favor del el aborto legal, seguro y gratuito, en contra de la complicidad de los poderes en la sanción de leyes que avalan el extractivismo y la privatización de las tierras originarias, por solo mencionar algunos de los ejes principales que convocaron a interpelar el territorio, la sociedad y los poderes salteños.
Si bien la organización del Encuentro Nacional de Mujeres decidió que la marcha no concluyera frente a la Catedral Basílica de la ciudad de Salta, la mayoría de las agrupaciones y una plaza 9 de Julio llena de activistas autónomas se dieron cita para interpelar a quiénes ejercen la mayor presión para que los derechos de las mujeres no se cumplan y hasta retrocedan. Con enormes vallados y un numeroso operativo de despliegue de fuerzas policiales, se defendió un edificio que representó con fuerza represiva el conservadurismo católico, los poderes machistas y heteropatriarcales y una clase alta soberbia y prepotente.
Boicot al Encuentro?
Como cada año, la reacción conservadora en Salta (y en todo el país) no se hizo esperar. Desde la organización informaron que se realizó una campaña integral de desprestigio hacia el Encuentro Nacional de Mujeres de parte de grupos vinculados a la Iglesia Católica, lo que generó que varias escuelas que iban a ser destinadas al alojamiento decidieran cerrar sus puertas. Otra de las denuncias que realizaron desde la organización fue que la Municipalidad de Salta omitió la impresión de los materiales para las participantes de los talleres con el objetivo de retrasar el debate y el intercambio, el corazón de los Encuentros.
Por otro lado, desde Buenos Aires se denunció el boicot a diferentes organizaciones y grupos de mujeres y feministas que intentaron viajar a Salta pero que fueron estafadas. En un comunicado conjunto se informó que “fuimos estafadas por las empresas de transporte que no mandaron los colectivos que habíamos contratado” y se enmarcó esta acción delictiva no como “un hecho aislado”, sino producto de “un claro interés político para impedir que viajemos, ya que somos muchas las organizaciones del campo popular que nos vimos afectadas, no solo por estas estafas, sino por operativos de las fuerzas de seguridad quienes detuvieron colectivos de manera injustificada y arbitraria”.
Un doce de octubre para la liberación
La plaza central es una instancia de los Encuentros Nacionales de Mujeres que no suele ser muy tenida en cuenta a la hora de compartir lo que es esta experiencia. Sin embargo, gran parte de la dinámica de los Encuentros se da en ella como punto de referencias, intercambios y reuniones. El espacio público se vuelve personal y político en cada mate, en cada producción autogestiva, en la intervención de cada mujer.
Es por eso que la plaza 9 de Julio, frente a la Catedral basílica de Salta, fue el lugar elegido para realizar la radio abierta feminista donde compañeras de radios y programas cubren los tres días de Encuentro. De esta manera, por un lado se ponen en conocimiento experiencia compartidas, pero también conectan a aquellas que no están participando de la dinámica con los debates que se están dando en el marco del Encuentro Nacional.
Este año en particular, encontradas un doce de octubre, se pronunciaron las “Feministas del Abya Yala en Revolución” contra la recolonización de los cuerpos y territorios. Las feministas de Nuestra América alzaron sus voces para compartir sus experiencias de resistencian y lucha ante el avance de la militarización y el extractivismo. Compañeras de las campañas No a Monsanto, Contra las Violencias y por el Aborto Legal de Argentina, manifestaron sus rabias ante el avance de una legislación que se empecina por hacer retroceder nuestros derehos sobre nuestros territorios: cuerpo – tierra.
A su vez, feministas internacionalistas se expresaron ante las violencias y represiones permanentes que atraviesan. Hermadas en la lucha, feministas de Argentina, Honduras, Méjico, Brasil y Chile manifestaron que esas violaciones de derechos cotidianas son parte de un entramado de opresión heteropatriarcal, colonial y capitalista y expresaron que solo desde la solidaridad y la lucha unificada será posible ganar la batalla.
Una recuperación necesaria: las mujeres originarias
“Dónde estará mi pueblo, que otros cuentan su historia?”, copleaban las mujeres originarias de la Argentina y de países hermanos como Bolivia y Perú presentes en las jornadas. Pues la gran historia es el papel cada vez más necesario y organizado que ellas tienen en la lucha por el respeto a su cosmovisión, la recuperación de territorios ancestrales y la propia vida. La voracidad del extractivismo, la complicidad con los gobiernos, el accionar de las fuerzas policiales, la imparcialidad de la Justicia y la falta de representatividad del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) fueron el eje de debates y de la necesidad de hermanarse en este y todos los Encuentros.
Cómo producir, cómo trabajar, cómo criar a los hijos e hijas, cómo curarse, cómo alimentarse. Ellas lo hacen desde muchísimo tiempo antes de que la civilización occidental se adueñe de las tierras indígenas y siembre allí la cultura que todavía pensamos indiscutible.
El próximo Encuentro Nacional de Mujeres será en Mar del Plata. Hasta allí viajaremos para intervenir políticamente y festejar el treinta aniversario con la diversidad y la rebeldía de las mujeres que nos damos cita para concretar un evento único en el mundo.