Especial cobertura colectiva desde Mar del Plata
Inesperada e inexplicable, hubo represión de la policía bonaerense frente a la catedral de Mar del Plata en uno de los recorridos de la marcha que concluye los Encuentros Nacionales de Mujeres. Efectivos uniformados y otros de civil dispararon balas de goma y gases lacrimógenos contra mujeres, niños y niñas. El saldo fue la detención de al menos dos activistas y una transeúnte. También hubo heridas. El edificio religioso funcionó como lugar de detención.
Desde lo simbólico a lo inédito, hubo represión en el 30 Encuentro Nacional de Mujeres (ENM). Unos diez efectivos de la Policía bonaerense con escudos, y otros de civil, dispararon balas de goma en tres oportunidades, gases lacrimógenos y detuvieron al menos a tres mujeres que se encontraban frente a la catedral de Mar del Plata. Esto sucedió al finalizar uno de los recorridos de la marcha del ENM del que participaron este fin de semana cerca de 100 mil mujeres. Las detenidas, que fueron liberadas horas después, fueron una integrante del Movimiento Evita, una de H.I.J.O.S. Mar del Plata y una joven que se acercó a ver que pasaba.
Unas cincuenta personas, varones en su mayoría, se apostaron desde temprano en las escalinatas de la catedral para esperar y confrontar el reclamo que hasta allí llevaron las mujeres organizadas: el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, exigencia de reconocimiento que cada año interpela a la iglesia y su influencia en las políticas públicas. Con cantos que mencionaban la relación de complicidad de la iglesia y los golpes de Estado, entre sacerdotes y delitos sexuales, y exigencias por el respeto de la libertad sexual, diferentes columnas desfilaron por las veredas de la Plaza San Martín. Hasta que se decidió reprimir.
Carlos Pampillón, dirigente marplatense de ultraderecha, integrante del Foro Nacional Patriótico, procesado como autor intelectual del atentado contra el monumento que señaliza a la Base Naval de Mar del Plata como centro clandestino de detención y por pintadas xenófobas contra la comunidad boliviana, resaltaba entre quienes se encontraban provocando los reclamos, acción que se repite cada año en los Encuentros Nacionales de Mujeres. Después de la represión, Pampillon permaneció al lado de los efectivos policiales quienes se apostaron en operativo de defensa del edificio y represión de las mujeres. Será por eso que no casualmente en su perfil de Facebook declaraba, “no la incendiaron (por la catedral) porque hicimos un codo a codo de resistencia”.
Los disparos comenzaron cerca de las 22, una hora después de que se derribaran las rejas, cuando se encendieron cartones al pie de la escalera del edificio. Quienes decían defender pacíficamente el edificio dieron paso a la Infantería que ingresó por el Pasaje Catedral, se ubicó frente a la puerta y de inmediato efectuó la represión. Primero fueron balazos de goma al aire y luego con escudos arrojaron gases lacrimógenos, que provocaron las corridas desesperadas, desmayos y angustia y que efectivizaron el desalojo a casi cien metros a la redonda. Después los disparos fueron dirigidos hacia las mujeres y quienes se encontraban en la plaza de enfrente. Momentos después, la policía avanzó sobre el espacio público de la calle Peatonal y hasta realizó un ensayo de cacería sobre la Plaza San Martín.
Resultado del operativo tres mujeres fueron detenidas durante dos horas en las instalaciones eclesiásticas, que hicieron las veces de comisaría. Lo que era la crónica del cierre de mas multitudinario de los Encuentros en la historia del país terminó en un violento accionar que deberá encontrar a su responsable político.