Por Ramón Raggio
Fractura Expuesta, de Walter Lezcano, es una novela corta de lectura ágil, fluida y que emotivamente retrata la historia de perdición de Rodrigo Lazarte. Está ilustrada por Jorge Altamirano y forma parte de una nueva colección de la Editorial Interzona en formato Pulp.
La historia comienza con el derrumbe definitivo de la relación de Pareja de Lazarte. A partir de allí será todo derrumbe para el protagonista y narrador, que va encontrando un poco de aire en el vínculo con nuevas personas que aparecen en su vida.
La novela se preocupa principalmente de la invasión y el desplazamiento espacial, en un sentido corporal y territorial.
Lezcano construye un narrador que funciona desde el fracaso.
Lazarte es docente de Lengua y Literatura porque no se le ocurrió otra cosa mejor para trabajar sin lastimarse el cuerpo o las manos. No tiene vocación y su relación es una catarata de desencuentros y añoranzas de lo que alguna vez fue.
Cada una de las secuencias que mueven la historia, sin dudas, lo hacen desde lo sentido y lo emotivo. La pareja, las relaciones intensas y que nos replantean nuestra forma en el mundo, y que con la misma intensidad que aparecen se van; el cuidado del hermano y su consejo, la ayuda; la necesidad de sentirse parte de algo en el mundo; el no estar completamente solo. Es un mérito de Lezcano la agilidad de como se construyen estas peripecias en apenas 100 páginas, sin profundizarlas en demasía pero sin por eso restarle potencia en la lógica sentida del narrador.
A su vez Lezcano dispone la narración en capítulos mínimos donde entre escenas funcionan cliffhangers precisos, y por eso se lee prácticamente de corrido.
El quiebre de la historia se da en San Francisco Solano, aunque lo allí narrado tranquilamente podría trasladarse a cualquier otro territorio periférico de las grandes ciudades argentinas: el campito-baldío, los árboles grandes, los negocios en casas y las interminables obras públicas de cañerías o cloacas.
Solo hay algunos detalles en palabras elegidas que, si bien no afectan a la maquinaría narrativa de Lezcano, resultan llamativos en la lectura, como fueras de registro. Detalles, que en definitiva, dan cuenta de la vitalidad del texto.
Lezcano pone en el centro de la escena el deseo y el miedo que tenemos frente al otro. Esta vez con un narrador perdedor, que busca la desgracia y que no para de arruinarse la vida, pero sincero en su neurosis. La lógica narrativa es precisa: construye un mundo en apocalipsis desde los episodios individuales del protagonista, dando sentido a un esbozo de novela. Sin dudas, Fractura Expuesta es aire fresco para la literatura actual, aun cuando su autor insista en lo contrario.