Por Mario Hernández/ Foto por En La Vuelta
Luego de que los aceiteros llegaran a un conveniente cierre de paritarias para las y los trabajadores, el resto de los gremios va tras ese camino. En el medio, conflictos con la línea de colectivos 60, Telefónica y Acindar, donde se enfrenta la dureza de las patronales
Entre paros y desalojos
La medida de fuerza votada por los trabajadores fue en respuesta a despidos de 12 efectivos y contratados. La planta de Villa Constitución se encuentra paralizada desde el 1 de julio.
El anuncio de los despido es una respuesta patronal a los cuatro paros y las decenas de asambleas y conflictos por sector que se sucedieron durante los últimos siete meses. Acindar viene impulsando un plan para aumentar la flexibilización y reducir los puestos de trabajo, pero para ello necesita derrotar la resistencia obrera. Se trata, entonces, de despidos para disciplinar, atacando a activistas que vienen impulsando las asambleas y medidas de lucha.
Tal como definieron en la asamblea del viernes a la noche y ratificaron en la del lunes la medida se sostendrá luego del fracaso de las negociaciones con la empresa.
Por su parte, ayer recibieron la orden de desalojo los 70 trabajadores tercerizados de Telefónica que acampaban desde hacía 30 días en Corrientes y Maipú exigiendo a la multinacional que se les devuelva su lugar y las condiciones de trabajo que tenían en la ciudad de La Plata. En ese marco de lucha, el miércoles 1, la Unión de Empleados Técnicos Telefónicos (UETTel-CTA) movilizó al edificio que Telefónica de Argentina tiene en Puerto Madero.
Durante las cuatro semanas que viene teniendo lugar el acampe en el centro porteño, se realizaron diversos bloqueos al edificio de la empresa, además de intervenciones, radios abiertas, cortes de calle, entre otras medidas de fuerza que llevan adelante los trabajadores.
Por otra parte, Rasic Hnos. (Cresta Roja), la segunda empresa avícola del país, envió en las últimas horas 370 telegramas de despido “con causa” a los trabajadores que la semana pasada protestaban porque la empresa les pagaba sus salarios de forma escalonada.
A pesar de que en el mes de febrero se firmó un acta con el Ministerio de Trabajo y el Ministro de Seguridad, Alejandro Granados, para mantener los puestos y las condiciones laborales, los atropellos contra los trabajadores no han cesado: ya es el sexto mes en el que cobran sus quincenas en cuotas de $ 1.000. Rige la conciliación obligatoria hasta el próximo lunes.
Pase libre en el 60
El jueves pasado, a pedido de la patronal de Dota, la policía montó un fuerte operativoy no permitió la salida de los coches en la cabecera de Ing. Maschwitz de la línea 60 de colectivos.
Desde hace tiempo queda claro el abandono de parte de Dota de las instalaciones de la empresa y la firme voluntad de los trabajadores de seguir brindando servicio. Esto quedó demostrado el miércoles cuando en horas de la tarde el 60 volvió a las calles de la mano de los únicos interesados en que esto suceda, los choferes, y el personal técnico de la empresa, después de que el servicio permaneciera interrumpido por quinto día consecutivo y afectara a 250.000 pasajeros diarios, en el marco de un conflicto en el que los trabajadores acusan a la patronal de hacer un “lock out” (Marcha / Conflicto en la línea 60: no todo marcha sobre ruedas).
En ese marco, se realizó una medida de fuerza y el no cobro de boletos, que tiene alta aceptación en el público, y fue seguida de otros 47 despidos. Al cierre de esta edición, en reclamo de la reincoporación de los trabajadores, el servicio seguía limitado y los choferes continuaban sin cobrar el boleto.
Camioneros llegó a un acuerdo conveniente
En este contexto general, el Sindicato de Camioneros cerró la negociación paritaria, y alcanzó así un aumento salarial que comenzará en julio con un incremento del 18%, luego un 7% en noviembre y, finalmente, un 6,5% en marzo de 2016.
El referente de los camioneros, Hugo Moyano, había adelantado en distintas ocasiones que no firmaría un arreglo salarial que no tuviera “un tres adelante”, en referencia a los techos salariales que intentó imponer el gobierno nacional alrededor del 27%, número firmado por distintos gremios de conducciones oficialistas que sería quebrado por la gran huelga de los aceiteros.
También cerraron las paritarias de la Alimentación muy por debajo del 43 % por el que Daer prometió luchar. El acuerdo, según informaron, es una suba salarial del 18 % para el mes de mayo, y para noviembre una suba de un 9,8 % más. A la vez comentaron que en noviembre se pagará un 5,2 % más en concepto de “viático obligatorio”, lo que resultaría alrededor de un 33%.
Los gastronómicos se sumaron a la lista de gremios que rompieron la barrera salarial del 27% al acordar en 32%, a pagar en dos cuotas, con los comedores públicos y privados y un 34% en tres pagos con las cámaras que agrupan a hoteles, bares y restaurantes.
Por su parte, Químicos, Luz y Fuerza (Capital) y los choferes de UTA cerraron acuerdos por 40%, pero de 18 meses. Mientras Ferroviarios reclama el 35%, el gobierno les propondría un acuerdo por 18 meses: un 27,8% en dos tramos, más un adicional en 2016, que llegaría al 40%.
La provisión de remedios viene afectada por medidas de fuerza del sindicato de la Sanidad, motivadas por la falta de avances en la paritaria. Los empleados de las droguerías reclaman un aumento del 34%, pero las empresas dicen que no pueden darlo por la falta de aumento en los precios de los remedios.
La CTA-Autónoma realizará un paro con movilización a la Casa de Gobierno en La Plata, la medida será en la semana que va del 6 al 10 de julio, para exigir la reapertura de la discusión salarial para el segundo semestre del año y ante incumplimientos de compromisos asumidos por parte del gobierno de Scioli, entre otros reclamos.
Paritarias “a la Kicillof” versus paritarias “aceiteras”
La mayoría de las conducciones sindicales alineadas con el gobierno nacional –UOM, comercio, construcción y porteros de edificios– firmaron paritarias en torno al 27 % y en cuotas, y perjudicaron así a millones de trabajadores. De esta manera, siguieron trasladando la pérdida de salario real del año pasado, en el que la inflación rondó los 36,8 puntos –según el centro de estudios CIFRA, de la oficialista CTA que dirige Hugo Yasky–, mientras que los acuerdos paritarios promediaron el 29 %.
Pero, a pesar de los esfuerzos del equipo económico por un lado, y de las patronales por otro –que aducen “pérdidas” o posibles efectos inflacionarios por las subas salariales–, la huelga de los aceiteros logró romper el techo salarial gracias a su combatividad y su posición estratégica en un sector clave de la economía, y alcanzó el 36 % de aumento para marcarle el camino a otros gremios.