Por Redacción Marcha
Layla Sainz Fernández tiene 13 años, está desaparecida y no es la única de la zona de la villa 1- 11- 14 en el bajo Flores que recibió amenazas y hostigamientos de al menos un varón violento. Su familia realizó la denuncia acompañada de vecinos y vecinas del barrio, docentes y organizaciones del feminismo popular en la fiscalía de Pompeya y Parque Patricios. Denuncian la inacción, el machismo y la violencia institucional.
Crecen la convocatorias en derredor a la Villa 1-11-14, en la CABA, con el objetivo de visibilizar y romper con la naturalización social de la violencia machista y la desaparición de niñas y mujeres en nuestros territorios. Layla Sainz Fernández falta en su casa y con su familia desde hace mas de una semana.
“Mi hija el día jueves (22) salió de la escuela, vino con unas compañeritas que la acompañaron a un ´ciber´, y de ahí ya no tenemos más noticias”, relató Neyva Fernández, madre de Layla, de tan solo 13 años, estudiante de la escuela Normal 4 de Caballito. Su madre y su padre, quienes están encabezando la búsqueda, no tienen “la más mínima sospecha sobre lo que pudo haber pasado”, y por eso instan a la fiscalía interviniente en la investigación a movilizarse con los recursos del Estado y “con cada dato que tienen” y que fuera aportado por ellos mismos. Informan que la última persona que la vio fue una de sus amigas, por eso, sostuvieron que el poder judicial se “tiene que hacer cargo”.
Layla tiene el cabello largo, oscuro, y “estaba vestida ese día con un suéter violeta, remera blanca, pantalón desmanchado azul, unas zapatillas negras con franjas blancas y mochila negra con franjas fucsia”, detalló su madre.
Y ante las preguntas sobre si Layla pudo haberse ido de su hogar de forma voluntaria, su padre, Sergio Sainz, agregó de forma contundente, “no quiero que la gente esté especulando, quiero que se maneje la información y no dejar de buscar. El sacar especulaciones sin bases solo afecta a la familia”.
La escuela en acción contra las violencias machistas
De entre quienes activaron agrupados en rol de acompañamiento a la familia de Layla, desaparecida el pasado jueves 22 de octubre, fueron las y los docentes de las escuelas de la zona que enseguida comenzaron a entrecruzar los testimonios de sus estudiantes y salieron a denunciar los hostigamientos y amenazas de parte de algún o algunos varones violentos a través de las redes sociales.
“Estamos seguros que la desaparición de Layla está relacionada con varias chicas que vienen siendo acosadas por Facebook, que reciben amenazas. Las chicas están muy asustadas y además notamos que la justicia no está tomándose el caso con la seriedad que corresponde”, sostuvo Fernando González, docente de una de las escuelas. “Las chicas son todas de la villa 1- 11- 14, muchas de ellas de la comunidad boliviana, y es una lucha que se las tome en serio”, argumentó.
Las y los docentes denuncian que varias adolescentes de la zona, aunque de diferentes escuelas –y no solo de secundarias sino también de primarias- están siendo hostigadas, acosadas y violentadas desde las mismas cuentas de redes sociales que la denunciada por la familia de Layla, la joven desaparecida. Es por esto que ven la necesidad de salir a reclamar y realizar acciones los abrazos simbólicos a la escuela Normal 4, como forma de visibilizar que la de Layla no es una situación aislada sino que puede ser parte de varias más y por lo tanto, de una entramado social de violencias y desigualdades que oprimen fundamentalmente a las niñas y las mujeres.
Nuevas hipótesis
El viernes pasado, el juez Eduardo Adrián Daffis Niklison, a cargo de la aparición de Layla Sainz Fernández recibió a su madre y padre acompañados por el legislador porteño Gustavo Vera, reunión en la que se presentaron un listado de medidas urgentes para contribuir a la aparición de la joven.
“Se sospecha que (Layla) puede ser víctima de una red de pedofilia que opera en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, sostuvo Vera. “La pista más fuerte es que Layla desapareció en el marco de una red de hombres con perfiles falsos de Facebook, que a través de esa red social les piden (a niñas y mujeres) fotos y videos. En caso de negarse o no ceder, las amenazan de muerte o las extorsionan”, ampliaron.
En la Fiscalía de Instrucción N° 3 hay además, otro expediente abierto en el que se investigarían tres casos similares en el bajo Flores, por lo que Layla sería la cuarta adolescente de la zona que desaparece.
Una fiscalía reconocida
La denuncia por la ausencia de Layla Sainz Fernández fue radicada el mismo jueves en la comisaría 34 de la Policía Federal y la investigación está a cargo de la fiscalía de Pompeya y Parque Patricios. Esta fiscalía ya ha sido sede de reclamos populares. Con competencia en instrucción, correccional y justicia de menores, es recordada por haber sido la que intervino en la (no) investigación del femicidio de Lizbeth Muñoz, asesinada hace tres años en el bajo Flores.
Se encuentra a cargo de Adrián Giménez, de quien las organizaciones que acompañan a la familia de Layla señalaron que ante denuncias anteriores respondió con un “así son las pibas, se van con sus noviecitos”, y que además habría dicho, “yo de estos casitos tengo dos o tres por día”.
Esta fiscalía es parte del proceso de descentralización del poder judicial encarado por el gobierno porteño. Su apertura se realizó en 2003 en promesa, paradójicamente de otra víctima de la violencia institucional, Ezequiel Demonty, fue asesinado por efectivos policiales en setiembre de 2002.
“La justicia nos violenta todos los días como mujeres, porque la violencia institucional también es violencia machista, también nos degrada, humilla, golpea, desaparece y mata”, dicen desde las organizaciones. “Estas estructuras que construyen y reproducen la violencia patriarcal son aquellas con las que vamos a acabar además de recuperar a las pibas que desaparecen”, dicen directas y desafiantes.
La organización del feminismo popular
El conocimiento de los territorios, el activar para contrarrestar las desigualdades sociales y sobrellevar de forma colectiva los peligros que conlleva el machismo para las niñas y las mujeres de la zona, hizo que enseguida activistas y organizaciones políticas y del feminismo popular tomaran intervención en la ausencia de Layla.
Integrantes de Mujeres en Lucha – Confluencia MPLD-MTK, de la Agrupación de Educadorxs Ni Calco Ni Copia, de Ademys y del Frente Popular Darío Santillán, entre otras, redactaron un comunicado para exigir la inmediata investigación para la aparición de la joven y denunciar sin eufemismos a quienes tienen la obligación de no ser cómplices de las violencias de quienes “persiguen, amenazan y desaparecen a nuestras pibas”.
Sostienen, al igual que las agrupaciones docentes movilizadas, que son varios los hechos denunciados en la justicia penal en relación a la persecución y las amenazas que sufren las jóvenes del barrio, y que se espera una respuesta institucional que garantice su seguridad. Alertan además diciendo que “las víctimas son mujeres, jóvenes y pobres”.
“Denunciamos al fiscal Giménez porque no es la primera vez que tenemos que aguantar, frente a la desaparición de una adolescente, su omnipotencia de señor patriarcal”, ante las situaciones “donde pibas adolescentes de los barrios que sufren la violencia machista, son desaparecidas, como Karen y Thalia, o asesinadas como Lizbeth”, concluyen.