Este 18 de mayo se realizará la Marcha Mundial Contra Monsanto-Bayer, en Buenos Aires y distintas ciudades del país para rechazar a esta empresa de muerte y a favor de la vida.
Por Vivian Palmbaum Foto: Mundo Yerba
Este sábado 18 de mayo en Plaza San Martín, Ciudad de Buenos Aires, desde las 15 hs. se reunen para marchar,como cada año, contra Monsanto-Bayer. En cada convocatoria se incrementan el número de ciudades que se suman para manifestarse contra este modelo de Agronegocio que desprecia la vida. En esta oportunidad desde la Asamblea Marcha Mundial Contra Monsanto impulsan la renuncia de Sergio Bergman, a cargo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
Argentina se encuentra entre los países que lideran el ranking de consumo de agrotóxicos y donde el Agronegocio basado en el modelo de producción con semilla transgénica está produciendo la depredación del suelo y de la vida.
Desde Marcha dialogamos con Mariano Aguero, integrante de la asamblea organizativa de la Marcha Mundial Contra Monsanto-Bayer en Buenos Aires.
¿Por qué se realiza la marcha mundial contra Monsanto?
Realizamos la Marcha Mundial contra Monsanto porque entendemos que el Agronegocio sólo pone el foco en la obtención de ganancias, negando el daño sistemático que genera en las personas y la naturaleza con sus productos. Éstos se estructuran a partir de un combo que combina transgénicos y agrotóxicos en pos de acelerar los procesos productivos, y a la par enferman a gran cantidad de personas que entran en contacto con estos productos.
Para entender esto hay que pensar que históricamente Monsanto ha estado en podio de los productores de semillas y de agrotóxicos y construyó un peso específico al hacer lobby en las diversas esferas de poder, logrando condicionar las políticas públicas en materia agrícola en los distintos países.
A este panorama se le suma la reciente fusión de Monsanto con la empresa farmacéutica Bayer (2018 en Europa) lo que hace aún más alarmante la situación, al incrementar el poder de presión de este gigante empresarial. Básicamente ellos te enferman y ahora también te quieren vender la cura.
En ese marco es que desde el año 2012 se marcha al unísono en todo el mundo contra esta empresa de muerte.
¿Cómo evalúan la situación de este año?
La situación no es la mejor. Nos encontramos en una coyuntura complicada. Al histórico sostén del Agronegocio, realizado por los distintos gobiernos, se le suman las actuales presiones del gobierno de la Provincia de Buenos Aires para permitir las fumigaciones aéreas en espacios aledaños a las escuelas rurales. Además el Presidente Mauricio Macri se manifestó en contra de las restricciones impuestas por el Poder Judicial de la provincia de Entre Ríos, al accionar indiscriminado de los fumigadores; incluso tildó a estas medidas judiciales de “irresponsables”.
Es decir que entendemos que lo que Macri expresa es que es irresponsable evitar que se envenene a mansalva a la población, claramente porque esto entorpecería el negocio de las grandes explotaciones sojeras y agroindustriales.
Además hay que resaltar el compromiso del gobierno con el Agronegocio con la presencia del ex presidente de la Sociedad Rural Argentina (Luis Miguel Etchevehere) en la Secretaría de Agroindustria de la Nación, el ex Gerente de Monsanto en el Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires (Leonardo Sarquís).
¿Cómo ven el impulso de la ley de Semillas y su relación con el modelo?
La Ley de Semillas es una profundización del modelo para que las corporaciones obtengan mayores ganancias. La Ley de Semillas busca el monopolio del control de las semillas, al patentar las distintas creaciones de semillas sintéticas que producirá un incalculable negocio de cobro de regalías por su uso. Con un costo cada vez mayor para los pequeños productores, la invasión de estos productos en el mercado terminaría forzando a usarlos, atacando así cualquier alternativa al Agronegocio. Ante tremendo negocio, se entiende que año tras año haya presiones hacia el Estado para lograr su sanción.
No estamos de acuerdo con que se puedan patentar semillas ya que el acervo genético es propiedad de los pueblos que las mejoraron al menos por 10.000 años.
¿Cómo ven la evolución de un modelo productivo basado en el extractivismo?
El modelo productivo actual muestra un avanzado estado de descomposición. Esto se observa en ciertas cuestiones, de las cuales podemos enumerar las más importantes. Por un lado hay un consenso que la introducción de transgénicos en la agricultura no ha logrado paliar el hambre de millones, como ciertos sectores dominantes de la sociedad nos hicieron creer durante mucho tiempo, para favorecer sus negocios.
Por otro lado también se ha desbaratado la idea de que la producción agroindustrial es más rentable a largo plazo, ya que producto de los procesos de adaptación de la naturaleza y aunque se produzca en mayores cantidades se necesitan más agrotóxicos para controlar las plagas, que son cada vez más resistentes, incrementando así el costo de insumos de producción. A ello se le suma la continua baja del precio de la soja durante el último decenio. Sin olvidar que este modo de explotación intensiva respeta cada vez menos los tiempos de recuperación del suelo, lo que genera un costo adicional a largo plazo.
Por último este modelo fomenta la concentración de la economía y destruye al pequeño productor, generando la expulsión de sectores vulnerables hacia espacios marginales de las grandes ciudades, potenciando así la miseria.
En un año electoral, ¿cómo evalúan que los candidatos se posicionan en relación al modelo productivo extractivo que se aplica en contextos urbanos y rurales?
La realidad es que consideramos que no hay grandes diferencias entre los posicionamientos de los distintos partidos políticos. Ninguno de los principales candidatos ha hecho un cuestionamiento de fondo al modelo. Después de todo Monsanto-Bayer ha financiado campañas de varios partidos.
Estas similitudes se expresan en el crecimiento indiscutido del Agronegocio a lo largo de más de 20 años, donde pasaron por el poder desde menemistas, kirchneristas hasta macristas.
Recordamos que con la firma de Felipe Solá en 1996, en un trámite express fue introducida la soja transgénica y al modelo que representaba. Desde entonces no hubo gobiernos que se opusieran.
¿Que evaluación hacen de las luchas que se están dando a nivel local?
Nosotros entendemos que las luchas en el espacio local son muy importantes para revertir la situación actual. La movilización en las ciudades donde, como sabemos, se encuentra el centro del poder político es de suma relevancia. Creemos que la movilización a escala local es igual o más importante, porque su emergencia permite la concientización de los vecinos en torno a los efectos nefastos del modelo a partir de un diálogo entre las personas que atraviesan una problemática en común. Permite pensar las consecuencias de la búsqueda inescrupulosa de ganancias y logra desenmascarar a las multinacionales.
En definitiva permite romper con el discurso exitista que promete el paraíso para quienes inviertan en soja u otro producto transgénico y rompe con la burbuja mediática armada en torno al Agronegocio.
En este sentido se vienen dando luchas desde las grandes ciudades como Rosario, pasando por Gualeguaychú hasta llegar a pueblos como Ramallo o San Andrés de Giles, que han presionado para que se sancionen normas que frenen el avance del modelo, tal como la regulación de las fumigaciones en el ejido urbano sancionada en Gualeguaychú en 2018. En este proceso fue una guía la lucha del pueblo de Malvinas Argentinas de la provincia de Córdoba, que gracias a años de lucha logró frenare en 2016 la instalación de una planta de elaboración de semillas de Monsanto.
Entendemos que en este proceso resulta clave la organización horizontal para continuar con la lucha.
¿Consideran que existe alguna alternativa al Agronegocio?
Sí, nosotros consideramos que de la mano de una producción sin venenos, respetando los procesos naturales y generando un vínculo directo entre productores y consumidores, es que se puede lograr una alternativa al Agronegocio. Esta alternativa es la agroecología y ella busca recuperar una producción agrícola sensata, sana, que sea funcional a los intereses de la sociedad y no de las corporaciones.
Este sábado 18 de mayo desde las 15 hs. se realizarán distintas actividades en Plaza San Martín y luego se realizará la ya tradicional movilización contra un modelo de producción que va contra la vida. Una ocasión para encontrarse, superar las diferencias en pos de unificar la lucha.
“Es nuestra obligación ante las maestras, alumnos y alumnas de las escuelas fumigadas, ante las familias rurales desgarradas por la muerte, ante Fabián Tomasi y Andrés Carrasco, que lucharon en vida para destruir este modelo putrefacto marcándonos el camino con su legado”.
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