Por Vivian Palmbaum / @vivi_pal
El lunes 20 y martes 21 de marzo sesionó en nuestro país el encuentro ministerial de los países del G20, actividad para la cual también regresó a nuestro país la temible presencia del FMI. Un encuentro que se produce a pocos días de conmemorarse el 42º aniversario del golpe cívico-eclesiástico-militar responsable de la desaparición, por parte del Estado, de 30.000 detenidos y detenidas.
La Cumbre de Presidentes del G20 sesionará en Buenos Aires el 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2018, y se realizarán previamente 50 encuentros preparatorios durante este año. Organizaciones y referentes sociales argentinos y argentinas expresaron su repudio a las políticas que representan estas presencias.
Pronunciamiento, Soberanía y Derechos para los Pueblos y la Naturaleza
Decenas de organizaciones y referentes sociales argentinas se pronunciaron de manera conjunta rechazando la presencia y las políticas del FMI, el G20 y del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) en vísperas de una nueva conmemoración del Golpe cívico-militar cuyas políticas de genocidio y subordinación a los intereses del gran capital fueron impulsadas por ese organismo multilateral.
“Repudiamos enérgicamente la llegada a nuestro país de la Directora General del Fondo Monetario Internacional –señalan- más aún en vísperas de una nueva conmemoración del Golpe cívico-militar cuyas políticas de genocidio y subordinación a los intereses del gran capital fueron impulsadas por ese organismo multilateral.”
El pronunciamiento recoge las recomendaciones más recientes del FMI para Argentina, que demuestran la continuidad hoy de esas mismas políticas:“acelerar el ajuste fiscal con mayor rebaja en salarios, jubilaciones y prestaciones sociales; fomentar el ingreso de divisas promoviendo el extractivismo-exportador; impulsar las asociaciones ‘público-privadas’ que significan más deuda y menos control público, menos riesgo y más lucro privado”.
Este pronunciamiento también fue acompañado por una acción de protesta que se llevó adelante en Plaza de Mayo, acompañando a las Madres-Línea Fundadora, en la ronda de los jueves, con el compromiso de estar presentes en la marcha del proximo 24 de marzo.
“Hoy como ayer, rechazamos las recetas del FMI. Sabemos demasiado bien que son recetas que solo llevan a profundizar la crisis social, económica y ambiental, y que requieren del control social, la criminalización y la represión para intentar sostenerse,” como plantea el texto firmado, entre otros, por los referentes de los Derechos Humanos Adolfo Pérez Esquivel, Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, junto a organizaciones como Diálogo 2000, SERPAJ, la Asociación de Ex Detenidxs-Desaparecidxs, la APDH, APDH La Matanza, Attac y Amigos de la Tierra.
Foro Social Mundial: Taller G20
También en el Foro Social, que sesionó la semana pasada en Salvador de Bahía, Brasil, se realizó el taller “G-20, el camino hacia la cumbre de Buenos Aires, 2018”. En el taller se destacó la necesidad de encontrar formas de garantizar la participación de organizaciones sociales regionales e internacionales en las actividades que se desarrollen en paralelo a la Cumbre.
Tal como se relata en la crónica de la actividad se pusieron de relieve algunas cuestiones centrales. La Cumbre del G20 que este año se realiza en nuestro país, tiene como temática propuesta por Argentina tres ejes de trabajo: el futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo y futuro alimentario sostenible, que comprometen el futuro de los pueblos y las finanzas de los estados que se ven sometidos a políticas públicas que transfieren recursos a los grandes grupos económicos y a las corporaciones financieras: un negocio redondito.
“Hoy el papel del G-20 es domesticar a los pueblos díscolos, atraparlos con políticas económicas de ajuste en el marco de un capitalismo que expolia de un modo cada vez más violento”, tal el aporte de una de las participantes. No es casual que la cumbre del G-20 se realice en Argentina, ya que el objetivo es doblegar al movimiento social latinoamericano, que es muy dinámico y ha producido grandes cambios”.
Datos básicos
El G20 es un foro que nace como necesidad para enfrentar la crisis asiática de 1999 y es un intento de lograr acuerdos de cooperación económica, financiera y política entre los países que lo integran: una manera para intentar salvar la crisis del capital. Participan los 19 presidentes de los países geopolíticamente más importantes + el presidente de la Comisión Europea + países (p.e. España) y organismos internacionales invitados (OMC, Banco Mundial, FMI, OIT etc.) Es la primera vez que se realiza en un país sudamericano, pero no en Latinoamerica, ya que en 2012 se realizó en México. Habrá más de 50 reuniones preparatorias de los equipos de trabajo durante todo el año en Argentina. El gobierno gastará por lo menos 3000 millones de pesos en todo el proceso del G20, con un monto elevadísimo destinado a gastos de seguridad y con un despliegue de fuerzas de seguridad pocas veces visto: el Comando Sur asistirá a la Argentina en la seguridad.
En cifras
Es necesario darle visibilidad a algunas cifras que no parecen menores. Las economías de países emergentes representan el 85% del producto bruto global y el 75% del comercio internacional, entre los países miembros. Son esas economías las que sostienen el costo de la crisis del capital y sobre las que gravitan los acuerdos que se alcancen, en tanto los países mas ricos intentan someter a los países con menor desarrollo, que sin embargo detentan la posesión de valiosos recursos naturales y humanos.
Acuerdos que intentan dominar y expoliar las economías de los países menos desarrollados a través de políticas coloniales que básicamente restringen derechos, que se acompañan con discursos de criminalización de la pobreza y las políticas represivas que intentan sembrar el terror. No parece casual la fecha de este encuentro cuando lo que se propone es la misma receta que hace 42 años, que hoy encuentra un pueblo advertido y organizado que resiste a estas políticas que nos recuerdan a las y los 30.000 detenidos y detenidas desaparecidas, cuyos responsables deben cumplir sus condenas en la cárcel, como corresponde.