Hace más de 20 meses que Daniel Solano desapareció en Choele-Choel, Río Negro. Trabajaba en la cosecha de manzanas y buscó organizar a sus compañeros para reclamar el salario que les correspondía. A falta de respuestas del gobierno provincial y la Justicia, los familiares tomaron comenzaron una huelga de hambre hace 17 días y continúan exigiendo por su aparición.
“Él animó a sus compañeros para que reclamen lo que es justo. Exigimos que no paguen solamente los autores materiales, sino también los ideológicos: los dueños de la empresa. Ellos son los que mandaron a desaparecer a mi primo”. Las palabras son de Romina, prima de Daniel Solano, desaparecido en la localidad de Choele-Choel, Neuquén, desde noviembre de 2011. La entrevista tiene como telón de fondo el acampe frente al Juzgado N°30 de la ciudad rionegrina. Con 17 días de huelga de hambre encima, los familiares reclaman su aparición.
La última vez
Daniel es oriundo de Misión Cherenta, una comunidad guaraní ubicada en Tartagal, Salta. Llegó a la ciudad de Lamarque (próxima a Choele-Choel) en septiembre de 2011. Por tercera vez, el joven de 26 años se desplazaba más de 2300 kilómetros para trabajar en la cosecha de manzanas a cargo de la empresa Agro Cosecha S.R.L. Tal compañía terceriza el servicio de la multinacional Univeg Expofrut, dedicada a la producción y comercialización de frutas y hortalizas. Dos días antes de su desaparición, Agro Cosecha pagó a los trabajadores golondrina sus primeros sueldos. Pero la cifra no se correspondía con lo acordado: 800 pesos en vez de los 1800.
Daniel no se calló. Propuso una huelga para el lunes siguiente entre sus compañeros, en reclamo de que le paguen lo que les correspondía. Pero tal día no llegaría nunca: a las tres de la mañana del sábado 5, policías de la comisaría 8va de Choele-Choel lo sacaron por la fuerza del boliche Macuba, le pegaron y -según testigos de identidad reservada- lo metieron en un patrullero que se dirigió al balneario Isla 92, a pocas cuadras del local bailable.
Aquella noche fue la última vez que se lo vio.
Hambre por justicia
Luego de numerosas movilizaciones y campañas por la aparición de Daniel, la falta de respuestas por parte de la Justicia y el gobierno provincial llevó a los familiares y al abogado a iniciar una huelga de hambre enfrente de la fiscalía local. Llevan 17 días sin comer. Gualberto, el papá de Daniel, sufre de presión alta y ya tuvo dos principios de accidentes cerebrovasculares. Además de Romina, en la huelga lo acompañan su tía Maira y su tío Pablo.
Privilegios del uniforme
El sábado 29 de junio de este año la jueza Natalia Constanzo dispuso el traslado de los siete policías involucrados en el caso: los efectivos pasaron del Penal 1 de Viedma a la misma comisaría donde trabajaban en Lamarque en el momento de la desaparición, aguardando por la instancia de juicio oral y público.
Para los reclamos de la familia Solano, no hubo más que oídos sordos. La Justicia justificó tal medida bajo el pretexto de que los policías tenían que estar cerca de sus familias. Al respecto, el abogado Sergio Heredia declaró: “Quieren terminar el caso de Daniel Solano con juicios solamente a siete policías, para que los verdaderos responsables de estos crímenes queden impunes: son jueces, fiscales, empresarios, encubridores. No lo vamos a permitir”.
Marchando
Este jueves a las 17, el reclamo por la aparición de Daniel se concentró en el campamento frente al Juzgado de Choele-Choel. La marcha tuvo como paradas el boliche Macuba -último lugar donde se lo vio- y la Comisaría 8va. –sitio donde podrían estar enterrados los restos de Daniel-.
“Hacemos responsable al Estado Nacional y de la Provincia de Río Negro por no brindar respuestas de la desaparición de Daniel Solano y por la salud de su familia” reza un extracto del comunicado de prensa, donde se leen las firmas de personalidades como Osvaldo Bayer o Vicente Zito Lema. Además, no sólo se exige la cárcel común y sin privilegios para los siete policías imputados, sino también la investigación sobre los autores intelectuales de la desaparición de Daniel.