Por Emmanuel Gentile
El sábado 12 de septiembre se realizó la primera asamblea general convocada por el nuevo Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa). Crónica de una mañana plagada de voces de trabajadoras y trabajadores de prensa.
Eran todas caras conocidas ese sábado. Las mismas miradas que se cruzan en la calle cada vez que hay que poner el cuerpo por despidos, para exigir salarios dignos, o ante cada caso de persecución a activistas, se cruzaron en esa mañana soleada en el auditorio de ATE Capital, en el barrio de Balvanera.
Trabajadores y trabajadoras de casi todos los grandes medios porteños de la rama escrita, radial y televisiva estuvieron representados en una asamblea histórica, la primera del gremio: Canal 7, Telefe, Radio Nacional, Radio América, Radio El Mundo, Radio Ciudad, Clarín, Tiempo Argentino, NA, DyN, Infobae, Infonews, Minuto Uno, Crónica, Veintitrés, Página/12, Perfil, Publiexpress, El Cronista, Télam y BAE.
Pero lo que define a estos asambleístas no son los medios para los que trabajan o trabajaron, sino sus nombres propios, sus acciones concretas. Porque fueron y son protagonistas de las luchas del gremio, las de estos tiempos y también las de otros más o menos lejanos. Desde los 117 despidos del diario Clarín en 2000, pasando por el vaciamiento del diario Crítica en 2010, la persecución gremial en Crónica y BAE del año pasado, la pelea por la libertad sindical en Télam, o el reciente procesamiento de delegados del diario Perfil. Todas batallas que se dieron y siguen dándose en la calle y que tienen un denominador común: la ausencia de la burocracia sindical encarnada en la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA).
Pasadas las once los asistentes se terminaron de acomodar en las butacas. Enfrente, la comisión directiva del nuevo sindicato, en la voz de su secretario general Fernando “Tato” Dondero, delegado de Página/12, daba inicio a la asamblea con el recuerdo de los compañeros y compañeras desaparecidas del gremio durante la última dictadura militar, lo que despertó un intenso y sostenido aplauso de todo el auditorio.
En la primera de las 30 intervenciones, Dondero habló de algo impensado para los ¿ex? afiliados a la UTPBA. “La Comisión Directiva del Sipreba desea rendir cuentas de lo hecho en estos primeros meses”. En primer lugar, uno de los ejes que atravesó la asamblea tuvo que ver con la necesidad imperiosa de lograr la inscripción del nuevo sindicato en el Ministerio de Trabajo, como así también, con suma urgencia, garantizar las elecciones de comisión interna en aquellas empresas donde los mandatos están vencidos o están a punto de llegar a su fin. En ese sentido, se informó sobre la reciente reunión que mantuvo la CD con el ministro Carlos Tomada, quien se comprometió a trabajar en ese sentido de aquí a lo que resta de su mandato. Veremos.
Enseguida llegó el turno de Sofía Benavides, trabajadora de Infobae e integrante de la Secretaría de Mujeres y Géneros del nuevo sindicato, quien destacó la importancia de tener una espacio donde articular las tareas necesarias para enterrar las viejas pautas culturales del patriarcado; que pueda bregar a la vez por un periodismo que informe con seriedad, sin estigmatizaciones. Todo un desafío, pero también un sello distintivo de este nuevo sindicato.
Y es que no solo sobre salarios y condiciones de trabajo quiere discutir el Sipreba, sino también sobre los contenidos que producimos los laburantes de medios. “Tenemos que luchar contra la censura y por la libertad de expresión, para poder hacer un periodismo para el pueblo. Para que cuando haya represión podamos decir “represión”, no “incidentes””, dijo a su turno Tomás Eliaschev, delegado de Revista 23 y secretario de Derechos Humanos del flamante sindicato. También habló de la importancia de generar “puentes” con los medios alternativos y populares. En el mismo sentido se manifestó el secretario gremial y delegado de Télam, Patricio Klimezuk: “Debemos luchar por un periodismo para los más humildes y construir al Sipreba en cada medio, en cada redacción”.
Con la voz entrecortada por la emoción, y tras celebrar la realización de la histórica jornada, uno de los delegados de AGEA/Clarín, Gerardo Morel, mencionó la necesidad de llenar este nuevo sindicato de participación activa, con multitudinarias asambleas como las que hoy, tras años de dictadura patronal, se realizan en los medios de Magnetto y Noble. “Este gremio se va a fortalecer en tanto y en cuanto siga surgiendo desde abajo”, reflexionó.
Pero no solo la participación de las bases caracteriza a esta nueva organización gremial sino también la multiplicidad ideológica de quienes participan activamente en ella. “Acá conviven peronistas, trotskistas, comunistas”, destacó Santiago Magrones, delegado de la agencia DyN. Lo importante –señaló– es “no supeditar la defensa de los derechos de los trabajadores a intereses sectoriales”.
A su turno, Rubén Schofrin, secretario adjunto y delegado de Perfil, dedicó sus tres minutos a repasar la insólita situación que atraviesan los trabajadores denunciados penalmente por la patronal de Jorge Fontevecchia, que los acusa de coartar la libertad de expresión por realizar una huelga en el marco de un conflicto por despidos.
Más tarde, Brian Majlin, delegado paritario despedido de Minuto Uno, del empresario oficialista Cristóbal López, que aprovechó el intencional vencimiento de los mandatos para despedir a la Comisión Interna, lamentó ser “el ejemplo vivo” del abandono de la UTPBA. “Hoy en día la situación en Minuto Uno está peor que antes y depende de este gremio la lucha para mejorar eso”, sostuvo.
Tema central en la asamblea fue el del avance de las tecnologías aplicadas a los medios de prensa, ese vehículo al que se suben –y quieren conducir– las patronales para avanzar con la precarización. A eso se refirió Leonardo Villafañe, otra víctima de la trampa del “mandato vencido” pero en el diario El Cronista, quien propuso lanzar una campaña “por la negativa”, para decirle “NO” a lo que las empresas llaman “convergencia tecnológica”, lo que se traduce, ni más ni menos, en múltiples tareas por el mismo sueldo.
Lo cierto es que hay mucho por hacer en el gremio y las complejidades exigen el máximo compromiso y la participación de todos y todas. Lo positivo es que, más temprano que tarde, habrá un sindicato de pie y bajo las condiciones que demandan las leyes para dar la pelea en todos los frentes. El otro, el del abandono, quedó atrás. “La UTPBA ya está muerta, solo falta enterrarla”, dijo Carlos Saglul, secretario Adjunto y delegado de radio Nacional, quien llamó a una campaña de desafiliación masiva y afiliación al Sipreba.
Ya en el cierre de la primera asamblea general del gremio de prensa, el periodista y abogado Pablo Llonto, ex trabajador de Clarín, hizo deslizar lágrimas por las mejillas de más de uno con el recuerdo de la Negra Ale, luchadora incansable por la democracia sindical en ese diario, a quien se dirigió sin intermediarios. “Sé qué estás acá con nosotros”, le habló con la voz partida. Y se comprometió, a pesar de que seguirá su camino lejos del periodismo, abocado a la defensa de los derechos humanos, a acompañar cada vez que pueda la lucha del gremio de prensa. “Me llevo la esperanza enorme de que aquí se construye el sindicato que soñamos cuando éramos tan pocos”, señaló.
No sería desacertado decir que a este nuevo sindicato lo gestaron las y los 2000 compañeras y compañeros que votaron a favor de su creación en el contundente plebiscito realizado en diciembre de 2014, que le dijo chau a la UTPBA. Sin embargo, se torna difícil poder fijar una fecha definitiva en la partida de nacimiento del Sipreba. Y eso sucede porque este sindicato nace y crece un poco más cada día, con cada pequeño logro alcanzado, con cada dolorosa derrota. Y todavía faltan muchos pequeños partos más. Pero el del sábado, sin dudas, fue otro de esos hitos que van marcando el camino hacia la conformación y el fortalecimiento de una organización sindical que defienda por fin y con toda firmeza los intereses de los trabajadores y las trabajadoras de prensa.
Lo dejaron claro los 200 asistentes al término de la asamblea, cuando unieron sus voces para cantar juntos que hay algo que ahora sí tienen y van a defender con orgullo: un “sindicato de los trabajadores, ni de los gobiernos ni de los patrones”.